Las declaraciones de insolvencia en 2022 crecieron un 70% entre los autónomos. De hecho, es el colectivo que más sufre un concurso de acreedores. Los economistas vaticinan que esta cifra seguirá aumentando debido a su situación financiera en 2024.
La insolvencia entre los trabajadores por cuenta propia se ha disparado hasta un 111% durante el último año. Si las cifras se comparan con las de hace cinco años resultan preocupantes, hablamos de un 328% de negocios que han tenido que echar la persiana.
Los autónomos son los primeros de la lista de insolventes
Los economistas resaltan una situación que afecta de manera especial a los autónomos y microempresas - las que tienen menos de diez trabajadores- y que representan el 70% de todos los concursos de acreedores de nuestro país.
El Atlas Concursal 2023 avisa de que el colectivo de autónomos es el que experimenta un mayor crecimiento, y alcanza el 44% de todos los concursos celebrados en España en 2022.
Las microempresas ocupan el segundo lugar
Las microempresas, ocupan el segundo lugar y representan el 36% del total de estos concursos de acreedores. Dentro de los sectores más afectados están el comercio, servicios profesionales y construcción.
Estos acontecimientos se dan, un año después de la entrada en vigor del nuevo sistema para el procedimiento concursal que buscaba agilizar los trámites judiciales y solucionar las insolvencias de los pequeños negocios y autónomos.
Por ahora este mecanismo no ha contado con mucho seguimiento, de hecho, sólo 326 procedimientos han sido tramitados entre enero y octubre de este año.
España y el aumento de concursos de acreedores respecto a Europa
Si comparamos estos datos con países de nuestro entorno como Alemania, Francia o Reino Unido, España es donde más se han incrementado los concursos de acreedores de empresas.
Si nos centramos en los autónomos, el número de concursos de acreedores pasó de 2.378 en 2021 a 4.006 en 2022, es decir, un 68,46% más en un año. Los economistas achacan este incremento a la petición de la segunda oportunidad.
El número de concursos era muy reducido en comparación con otros países, pero tras la pandemia, las personas físicas han sido las más vulnerables.
En resumen, el tejido comercial español al ser muy minorista, tiene márgenes reducidos, agravados por la subida de los costes y la crisis de los últimos años; esto se ha traducido en pérdidas y una incapacidad para poder aguantar con la persiana levantada.