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Las empresas ya concentran uno de cada tres ciberataques en España: la falta de inversión las convierte en un objetivo más sencillo que las multinacionales

Las Empresas Ya Concentran Uno De Cada Tres Ciberataques En Espana La Falta De Inversion Las Convierte En Un Objetivo Mas Sencillo Que Las Multinacionales
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Javier Ruiz

Los ciberataques han dejado de ser un problema asociado a grandes corporaciones o infraestructuras críticas. En España, la empresa privada concentra ya una parte notable (y creciente) de los incidentes de ciberseguridad, y dentro de ese grupo, las pymes se han convertido en uno de los objetivos más vulnerables.

La combinación de digitalización acelerada, menor inversión en seguridad y una falsa sensación de “no ser interesantes” para los ciberdelincuentes explica por qué cada vez más ataques se dirigen contra pequeñas y medianas empresas, con consecuencias que van mucho más allá de un fallo informático puntual.

Un cambio de patrón

Los datos oficiales del INCIBE confirman una tendencia clara: los incidentes de ciberseguridad con impacto empresarial no solo aumentan, sino que ganan peso dentro del total de ataques registrados en España. El ransomware, el phishing dirigido y el robo de credenciales figuran entre las tipologías más frecuentes.

Este cambio de patrón coincide con el avance de la digitalización: facturación electrónica, trabajo en la nube, comercio online o gestión remota de datos han ampliado la superficie de ataque, especialmente en empresas que no han acompañado ese salto digital con medidas básicas de protección.

Asimismo, a diferencia de las grandes compañías, las pymes suelen operar con recursos limitados y sin equipos especializados en ciberseguridad. En muchos casos, la gestión tecnológica recae en proveedores externos o en personal interno sin formación específica, lo que aumenta el riesgo de errores humanos, que es uno de los principales vectores de entrada de los ataques.

Además, persiste la percepción de que una pequeña empresa “no es un objetivo atractivo”, lo que hace que muchas marcas se relajen y no presten atención a este apartado fundamental para la seguridad de las firmas.

Sin embargo, los expertos subrayan que las pymes resultan especialmente interesantes para los atacantes porque suelen presentar defensas más débiles y pueden actuar como puerta de entrada a otras organizaciones con las que trabajan.

Este es el coste real de un ciberataque para una pyme

El impacto de un ciberataque en una pyme rara vez se limita al plano técnico. Un incidente grave puede provocar paradas de actividad, pérdida de información crítica, bloqueo de sistemas durante días y, en algunos casos, el pago de rescates para recuperar el acceso a los datos.

De media, estamos hablando de un coste que asciende hasta los 35.000 euros. Algunos datos que deberían ponernos sobre aviso son el aumento de los incidentes de ciberseguridad gestionados por el INCIBE (97.000 en 2024, un 16 % más que en el año anterior) y el cierre de negocio de más de la mitad de las afectadas en medio año.

A ello se suman las posibles sanciones derivadas del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) si se ven comprometidos datos personales de clientes o empleados, así como el daño reputacional. Para una empresa pequeña, perder la confianza de sus clientes puede tener efectos duraderos y difíciles de revertir.

Medios como El País han recogido en los últimos meses cómo muchas pymes descubren la gravedad del problema solo cuando el ataque ya se ha producido, y cómo la recuperación puede alargarse semanas, con un coste económico difícil de asumir.

Si bien el riesgo es real, los expertos coinciden en que no todo pasa por grandes inversiones tecnológicas. Medidas básicas como la formación del personal, el uso de contraseñas robustas, las copias de seguridad periódicas o la actualización regular de sistemas reducen de forma significativa la exposición al riesgo.

De igual modo, organismos públicos como el INCIBE recuerdan que la prevención y la concienciación siguen siendo las herramientas más eficaces para el tejido empresarial. En el caso de las pymes, anticiparse a un incidente resulta mucho más barato que gestionar sus consecuencias una vez producido.

Todo apunta a que los ciberataques seguirán creciendo a medida que la economía avance hacia modelos más digitales. Para las pymes, el reto no es convertirse en expertas en ciberseguridad, sino asumir que el riesgo existe y forma parte del entorno empresarial actual.

La clave pasa por integrar la seguridad digital en la gestión cotidiana del negocio, del mismo modo que se asumen otros riesgos operativos. Ignorar el problema ya no es una opción: en un contexto en el que las empresas concentran una parte creciente de los ataques, la ciberseguridad se ha convertido en una cuestión estratégica también para las más pequeñas.

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