La rentabilidad de las pymes está un 1,7 % por debajo de 2019. En parte, todo indica que el aumento de los costes laborales puede ser la causa directa de esta noticia, pues el SMI ha supuesto un aumento de un 18,1 % en los costes laborales de las pequeñas y medianas empresas.
Este dato conecta, de forma directa, y pese a la subida interanual del último trimeste (4,2 %), con los costes acumulados desde antes de la pandemia han alcanzado un aumento notable.
Costes laborales vinculados al SMI
Según la información facilitada por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), el incremento se rastrea en el "impacto desproporcionado" que han supuesto las reiteradas subidas del salario mínimo, las cuales consideran que pueden agravarse con la reducción de la jornada laboral.
En este sentido, la pequeña empresa ha experimentado un crecimiento mayor de los costes laborales (19,3 %) frente a la mediana (15,3 %), ya que el incremento de salarios ha afectado más a las cotizaciones vinculadas a los trabajadores con sueldos más bajos.
Desde la organización profesional se ha hablado también de caídas en la productividad, en especial de las microempresas, que han visto reducidos los márgenes de productividad de las empresas. En concreto, el sector encadena siete trimestres de caídas en la productividad: un 12 % por debajo de los resultados de las micropymes prepandemia (2019).
En pocas palabras, las pymes son menos rentables que hace 5 años.
El SMI se iguala al salario medio
Un tema peliagudo para el que asociaciones como Fedea y CGE han propuesto incluso modificar el SMI por edad y sector con el objetivo de que no se lastre la productividad de las empresas. Hoy, el SMI ya supera el 70 % del salario medio que se cobra en las pymes.
A principios de año, estas entidades también señalaron que la realidad de los fondos europeos tampoco están consiguiendo dinamizar la economía de las pequeñas y medianas empresas españolas. NextGenEU no funciona, por lo menos, en la medida de lo esperado.
Una visión contraria, por no decir antinómica a la de los sindicatos, que afirman que los trabajadores deben tener un salario que les permita el nivel de vida actual, más en la línea de las propuestas laborales del Ejecutivo, que incluso volverá a intentar una nueva subida que complemente la reducción de jornada. En este caso, se destaca una menor destrucción del empleo y menor desigualdad salarial.
Se reduce la brecha salarial
En cifras, los salarios medios brutos en las pequeñas empresas han subido un 4,4 % interanual (hasta los 1.680 euros al mes) y un 3,5 % interanual en medianas (2.060 euros/mes). Esto ha reducido la brecha salarial entre las pymes a niveles de hace 20 años (2005), lo que debe considerarse, a todas luces, una buena noticia.
Sin embargo, con la nueva subida del SMI esperada para 2025 y la reducción de jornada, los colectivos de empresa están advirtiendo de la posibilidad de reducción de las inversiones, cierres y despidos debido a la presión creciente de los costes laborales.
En conclusión, el elefante en la habitación es el siguiente: ¿si el SMI intenta paliar el aumento del coste de vida y las pymes no pueden soportarlo es realmente culpa de la Administración? ¿Se está cargando gran parte de la productividad de las empresas en los salarios más bajos de los trabajadores? No hay una respuesta sencilla, pero sí una correlación directa, según parece.