¿Se puede evitar el enchufismo laboral en 2020?
Reflexiones

¿Se puede evitar el enchufismo laboral en 2020?

Hacer contactos, networking o como queramos llamarlo se convirtió en una vía para encontrar trabajo. O al menos, coleccionar nombres o contactos en nuestras redes sociales. Pero con algo que todavía no se puede luchar por mucha tecnología y modernidad que nos inunde es el enchufismo laboral.

No hay nada más frustrante que tropezar con un amigo o conocido con un currículum brillante que es rechazado en una entrevista de trabajo, donde él era el candidato ideal y al día siguiente sabe que el puesto será ocupado por una persona con menos preparación, experiencia y con 'excesivos buenos contactos', hablando en plata: una enchufada.

Las empresas vigilan lo que hablamos en las redes sociales

La mayoría de empresas antes de contratar a alguien miran en las redes sociales. Todas las compañías que realizan procesos de reclutamiento lo tienen en cuenta, como un complemento al currículum. Las recomendaciones siempre son que hay que abstenerse de publicar según qué fotos, evitar comentarios políticos o religiosos.

De hecho, tres de cada cuatro ofertas de empleo no se publican o lo que es lo mismo el 75% de todas las ofertas de trabajo

Pero si por otro lado, se da una importancia elevada al hecho de que el futuro candidato venga recomendado, poco o nada importará qué digamos o cómo nos expresemos en las redes sociales. Una paradoja en la que entrar en bucle.

Stop. Mi empresa apuesta por el talento, no por el amigo del amigo de otro amigo

Las empresas quieren en su plantilla trabajadores con talento y la función de Recursos Humanos es encontrarlo en base a criterios objetivos. Una labor que choca de lleno con el enchufismo laboral.

Cuando una empresa decide contratar “a dedo”, se arriesga a generar desmotivación entre los empleados existentes, rencillas personales y en definitiva un mal ambiente laboral que puede pasar factura.

El enchufismo también puede resultar negativo para la empresa porque pierde la oportunidad de encontrar, en un proceso de selección al uso, a otro trabajador más preparado que pueda aportar más a la compañía.

Algo que resulta obvio, pero que en España, parece una idea surrealista, si es más sencillo contratar a una persona recomendada, sea apta o no para el puesto.

¿Cómo evitar el enchufismo laboral porque no es positivo para tu empresa?

Para evitar el enchufismo laboral es necesario seguir unas recomendaciones:

  • Garantizar la transparencia del proceso. Siempre que el trabajador seleccionado reúna las características necesarias para el puesto y sea un buen profesional no condicionará su relación con el resto de trabajadores porque le considerarán uno más.

  • Igualdad de condiciones. Permitir a los propios empleados que concurran a otro puesto de más responsabilidad o en el que se encuentren preparados asegurando así la igualdad de condiciones entre las personas que llegan recomendadas y las que están siendo productivas en la compañía porque ya pertenecen a ella.

  • Realizar procesos de selección más objetivos. Obtener un mayor alcance gracias a la publicación automática de las ofertas de empleo en los portales que más interesen a la empresa.

Lo que puede suponer un ahorro en los costes que conlleva realizar un proceso de selección al uso, puede ir de la mano de pérdidas para la empresa.

Si una persona viene recomendada, no siempre es sinónimo de buena preparación o conocimiento del sector, por lo tanto ¿qué tiene de beneficioso que sea amigo/a de un miembro de la empresa si no va a ayudar a sumar ganancias para la organización?

El enchufismo laboral, algo más que una práctica habitual en España

Por mucho que desde el buenismo, tratemos de poner el foco en lo injusto que puede llegar a ser contratar a una persona por estar recomendada, en vez de a aquella que resalta del resto, desgraciadamente estos comportamientos se seguirán dando.

Lo vemos constantemente en política, en pymes, en pequeños negocios. Los contactos son poder. Pero, si aún existe un minuto para el sentido común, habría que pensar en qué beneficios reales nos aportará ese 'fichaje' y si el favor que nos hacen, a la larga, puede convertirse en un dolor de cabeza.

Imagen|Pixabay

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