¿Limpieza o escabechina empresarial?

¿Limpieza o escabechina empresarial?
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Hoy se publican los cálculos de Analistas Financieros y de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal, que ponen de relevancia que la crisis acaba cn el 10% del tejido empresarial . Es lógico pensar que una situación como la actual puede suponer un periodo de limpieza empresarial.

Limpieza desde el punto de vista de eliminar el excedente empresarial en sectores sobre-explotados, de que aquellas empresas mal gestionadas no sean capaces de remontar las situaciones adversas y de que funcione la la selección natural y que el mercado ponga a cada uno en su sitio.

Sin embargo, eso no es del todo así. En unos casos, el proteccionismo del Estado ha permitido que empresas, de determinados sectores, se hayan beneficiado de ayudas, incentivos o subvenciones que han impedido esa corrección y que gracias al mantenimiento artificial de esos modelos de negocio han aguantado, por ahora, sin echar el cierre.

Por otro lado, empresas bien gestionadas, que no pertenecen a esos sectores "favorecidos", se ven abocadas al cierre por la mala gestión ajena. El aumento de la morosidad de las Administraciones, o de empresas privadas, han provocado que muchos negocios con una buena gestión, hayan sufrido una alarmante falta de liquidez que les ha conducido al cierre.

Por si esto no fuera poco, nada garantiza que, si la crisis continua, esos sectores mantenidos artificialmente no puedan seguir su actividad, por lo que todos los esfuerzos anteriores sólo habrán servido para aplazar lo irremediable y se habrán utilizado los recursos del Estado en prorrogar la agonía de algunos. mientra que otros se moría por no poder cobrar las facturas que les adeudan Ministerios, Comunidades Autónomas, Diputaciones o Ayuntamientos.

Por tanto, más escabechina empresarial que limpieza, la limpieza es probablemente inevitable e incluso necesaria porque el mercado se encarga de poner a cada uno en su sitio. La escabechina se lleva por delante todo lo que encuentra y no atiende a razones, se le podría y se debería ponerle freno.

En cuanto al porcentaje, el 10% es una cantidad enorme, pero por desgracia seguramente aumentará, teniendo en cuenta el ritmo de cierre de empresas con relación al nacimiento de nuevos proyectos empresariales. Todo esto pone en evidencia que, de una vez por todas, habrá que aplicar los recursos del Estado en diseñar un sistema eficaz que fomente la creación de empresas y, con ello, la generación de empleo. Algo que hasta ahora, y muchos datos lo demuestran, no se ha hecho.

En Pymes y Autónomos | El declive de las empresas españolas Imagen | Visentico / Sento

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