Claves de la medida de reducir la jornada laboral a 37,5 horas

Claves de la medida de reducir la jornada laboral a 37,5 horas
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En la búsqueda de apoyos de Pedro Sánchez para gobernar, el PSOE ha negociado un acuerdo con la confluencia de partidos de SUMAR, liderada por Yolanda Díaz, en la que se incluyen una serie de medidas, más de 200.

Entre estas medidas acordadas, una de las más llamativas, por lo que implica para los autónomos y pequeñas empresas, es la reducción de la jornada laboral sin rebaja salarial.

El acuerdo: jornada laboral de 37,5 horas

El acuerdo PSOE y Sumar se comprometen en su acuerdo de Gobierno a reducir la jornada laboral, habitualmente situada en 40 horas semanales a 37,5 horas, sin que esto suponga una bajada en el sueldo a percibir por el trabajador.

Si bien, el acuerdo es esta reducción, no hay que perder de vista que el objetivo sigue siendo la semana laboral de cuatro días, que serían 32 horas semanales.

¿A qué trabajadores afectaría?

La reducción de la jornada se produciría de forma expansiva a todos los trabajadores de empresas privadas, sin tener en cuenta ni puestos de trabajo, ni tipo de empresas, ni sectores.

De forma general solo quedarían fuera los empleados públicos y aquellas empresas en las que el convenio colectivo ya recoja jornadas laborales iguales o menores a estas 37,5 horas.

Con esto, el  Ministerio de Trabajo ha estimado que la medida afectará a 12 millones de trabajadores del sector privado, lo que implica al 80%.

¿Cuándo se va a reducir la jornada a 37,5 horas?

La propuesta inicial, que puede sufrir cambios ya que no ha sido sometida aún al consenso de las asociaciones empresariales, entraría en vigor el año que viene.

En este sentido, la reducción se hará paulatinamente en dos años: se reducirá la jornada laboral hasta las 38,5 horas en 2024, de forma que, para en el año 2025, la reducción llegue hasta las 37,5 horas.

Luces y sombras de la reducción de la jornada

Estas medidas tienen un impacto directo sobre trabajadores y empresas, y tiene algunas consecuencias:

  • Esta reducción es indiscriminada, lo que puede ser un error al no tener en cuenta ni el tipo de trabajo a desarrollar - ya las profesiones con riesgo tienen jornadas menores -, ni el tamaño de la empresa, ni el sector empresarial. Una reducción teniendo en cuenta estos aspectos sería más adecuada.
  • Una reducción de la jornada lo que hace es mejorar la calidad de vida y la conciliación familiar laboral de los empleados, esto no tiene discusión.
  • La productividad es la clave. Estas medidas, donde se reduce la jornada sin tocar la retribución, deben ir acompañadas de un incremento de la productividad, de no ser así se será menos competitivo.
  • A vueltas con la productividad, cuando un país como España, donde el sector servicios mayoritario, con el turismo y la hostelería, con un gran peso en el empleo, lo que posiblemente suceda es que los empresarios tengan que asumir el coste y finalmente trasladarlo al cliente. Llevamos años en los que no para de subir los costes laborales.
  • La precariedad va aumentar, ya que en vez de generar más empleos, lo que se hace es que los existentes se dividen, un ejemplo para entenderlo; si antes era un contrato de 40 horas, ahora será uno de 37,5 horas y otro de 2,5 horas. Ya tenemos dos empleos en vez de uno.
    Trasladar esto al precio en una situación de precios al alza constante, no es lo idóneo.
  • Las empresas, a través de sus asociaciones, han denunciado, que estas medidas elevan el grado de intervencionismo, y que además se haga sin tener un diálogo social adecuado teniendo en cuenta el alto impacto económico y organizativo que tiene la medida.

En cualquier caso, se plantea - de nuevo -  un horizonte oscuro para los autónomos, que con unas subidas de salario mínimo interprofesional (SMI) consecutivas, se paga más por cada trabajador y, ahora, una bajada del tiempo trabajado, no hay pequeño empresario que lo soporte; no sabemos hasta cuando aguantaremos los autónomos.

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