El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, fue el encargado, ayer, de abrir el I Congreso Europeo del Turismo y la Gastronomía, que acoge el Recinto Ferial de Madrid (Ifema). En su intervención apostó por fomentar el turismo gastronómico como un “motor de desarrollo económico”.
Según el Ministro, esto “podría acabar con el componente estacional de la industria turística y contribuir a una mejor integración europea”. Según los datos publicados en dicho congreso, organizado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, Turespaña y la Real Academia Española de Gastronomía, a 5,5 millones de turistas les mueve la motivación culinaria como la principal para visitar España.
Está claro que la industria gastronómica en España alcanza niveles de calidad que muy pocos países pueden igualar. Las materias primas y el trabajo y reconocimiento internacional de nuestros profesionales son evidentes. También es una manera de potenciar el turismo de calidad y sí se podría eliminar ese componente estacional que tiene el turismo tradicional.
La cuestión es, ¿tiene tanto tirón la restauración como para provocar que un turista se desplace a nuestro país para comer/cenar en algunos de los locales estrella españoles? Me resulta difícil pensar que un ciudadano alemán venga expresamente a España para pasar unos días y degustar los platos del Sr. Arzak, Berasategui, etc.
Quiero entender que el Ministro, en un foro sectorial, abogue por la calidad y la excelencia del sector en cuestión. No pongo tampoco en duda esa cifra de 5,5 millones de turistas gastronómicos, pero me preocupa que sigamos dándole vueltas al mismo molino. Construcción y turismo, turismo y construcción ¿no deberíamos plantearnos de una vez alternativas serias y apostar por otros modelos?
El Gobierno anunció en su día un cambio de modelo productivo, había que abandonar el monocultivo de la construcción y el turismo y buscar otros sectores productivos que generaran empleo de mayor calidad y aumentaran la productividad de nuestras empresas. Sectores como la biotecnología, TICs o todos los relacionados con las energías alternativas, en los que nuestro país puede exportar conocimientos, experiencia, calidad y pueden servir de base para el desarrollo de pymes españolas de estos sectores a nivel internacional.
Hasta ahora, no se han tomado medidas en ese sentido, todo va encaminado a fomentar y seguir exprimiendo la actividad turística y la construcción. No digo que haya que darles la espalda, sobre todo teniendo en cuenta que las condiciones de España le deben permitir seguir siendo puntera en el sector turístico, pero sería mejor poner el foco en otro sitio y, de una vez por todas, empezar a aprovechar las posibilidades de otro tipo de negocios.
Ya hay pymes españolas desarrollando negocios en otros países, empresas de ingenierías trabajando en paises en desarrollo aportanto valor en construcción de parque eólicos, solares o centrales hidroeléctricas. Consultorías informáticas y de telecomunicaciones trabajando en Centro y Sudamérica e incluso países africanos, sin embargo no veo un plan estatal que fomente el aprovechamiento de estas empresas pioneras para dar mayor salida a estos sectores.
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