Si encontrar trabajo siempre ha sido un esfuerzo considerable, en la actualidad más. Uno de los problemas con los que algunas personas deben luchar nada tiene que ver con si su perfil se ajusta a una candidatura, ni tan siquiera si su formación es la adecuada. El dolor de cabeza está relacionado con un acto ya tan cotidiano como poner nuestro nombre en un buscador. Pero sobre todo con lo que encuentra ligado a él.
No encontrar trabajo por culpa de Internet es una pesadilla para algunos ciudadanos. La causa principal para pedir que borren datos personales de la red, está relacionada con multas de tráfico o cualquier otro pequeño incidente que con el paso de los años ha sido olvidado por el entonces infractor y que pagó en su día. El derecho al olvido existe, pero llevarlo a la práctica cuesta dinero.
Leí una entrevista a un abogado que se dedica a eliminar datos en la red. Pero no solo quien está desempleado reclama su anonimato, otras personas piden que elimine fotografías de sus hijos adolescentes en plena juerga.
Obviamente se están anticipando a lo que ahora se enfrentan otros muchos. Lo peor de este conflicto es cuando los datos no los has subido tú, sino un tercero que ve normal compartir información relacionada con embargos, por poner un ejemplo.
La 'guerra' tiene dos bandos, por un lado están ciudadanos desprotegidos y por otro, buscadores como Google que se niegan a borrar la información que algunos gobiernos comparten desde los Boletines Oficiales del Estado (BOE) donde se vuelcan millones de datos personales que quedan obsoletos pero se convierten en una información dañina en el presente dependiendo de quien lo lea.
La solución la encontraríamos en el momento en el que Google dejara de indexar contenidos. En la actualidad no existe ese derecho a desindexar y se está trabajando en reinterpretar la Ley de Protección de datos para terminar con este asunto y que esta información sea finalmente cancelada.
Afortunadamente empresas como E-privacidad se ocupan de resolver estos quebraderos de cabeza. Debe ser frustrante ver cómo asocian tu nombre a algo que sucedió hace veinte años, o peor aún ser víctima de un error por parte de un medio de comunicación y que esto quede grabado a fuego de por vida.
En todo caso, siempre y cuando nosotros seamos los responsables de volcar información personal, deberíamos contar hasta tres antes de escribir o compartir cualquier fotografía.
En Pymes y Autónomos|Atención con los perfiles en las redes sociales y la búsqueda de empleo,¿Realizamos un uso diligente de internet y las redes sociales en el trabajo? Imagen|Mig Reyes