Es el momento de que el talento invisible en las pymes, tenga su oportunidad
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Es el momento de que el talento invisible en las pymes, tenga su oportunidad

Siempre hemos oído que las empresas las forman las personas. Que las personas son el factor más importante para que una organización salga adelante. En mitad de una crisis sanitaria y económica ¿es el momento de que el talento invisible de la pyme dé un paso al frente?

Conocemos las limitaciones, pero en la creatividad y en las ideas innovadoras está la solución de algunos problemas que pueda tener la pyme. ¿Por qué no fluye la comunicación entre el gerente y su plantilla? ¿Se está ignorando al talento porque es lo que se ha hecho siempre?

El talento invisible es sinónimo de personas con ideas y propuestas resolutivas

El teletrabajo, el palabro de moda, pero ¿la comunicación existe entre el jefe y sus trabajadores? ¿Alguien presta atención a las propuestas que no solo provengan de 'arriba'? Aunque no lo parezca, en estas situaciones el trabajo en equipo es la única salvación. El objetivo es el mismo para todos, estemos en el nivel que estemos dentro de una empresa.

Hay que apostar por la digitalización pero también por el talento

¿Por qué resulta tan complicado que un empleado pueda aportar una solución? ¿Se supone que la idea de modernidad va de la mano de trabajar juntos en una mesa, o de poner una máquina de juegos en una sala?

La realidad es que la gente necesita hablar. Exponer sus dudas pero también aportar ideas que sumen, sin temor a ser menospreciado o peor aún: ignorado.

El talento y el gestionar las emociones en momentos de crisis van de la mano

A todos nos afecta de una manera u otra la pandemia. Con el estado de alarma, sólo nos quedará tiempo para trabajar (el que pueda) o mantener nuestro puesto de trabajo. Se vuelve a hablar de reinventarse, pero ¿estamos dispuestos a escuchar propuestas que no nos gustan, no entendemos o que si me apuran, dan miedo?

¿Es tan difícil escuchar a un empleado? ¿Son las startup la respuesta a personas que arriesgan?

En un mundo ideal, nadie iría a su puesto a calentar la silla, ni a hacer lo que toca, sino a participar. En ese mundo ideal, las pymes estarían capitaneadas por hombres y mujeres que confiarían en sus empleados, no sólo para que la producción no decaiga sino para que ésta aumente o se logre a través de otros cauces.

Optimismo realista y talento invisible, no pueden ir de la mano en la pyme

Las startup son sólo el resultado de ideas que se han estudiado a fondo, en las que se ha apostado desde el creador hasta quien se ha ofrecido a financiar. Quizás si estas personas realistas y optimistas hubiera seguido formando parte de sus empresas, éstas se hubieran aprovechado de su talento.

No sólo hay que digitalizar la pyme. También hay que resetear esa mentalidad de antaño donde el ordeno y mando es la única filosofía empresarial. De nada vale estar en internet si detrás no hay personas que manejen esas herramientas. Que sean capaces de ver más allá de lo que se ha estado haciendo antes y durante la pandemia.

Si una pyme no cuenta con sus trabajadores, si no practica la escucha activa, ¿cómo va a mejorar? ¿cómo va a afrontar los cambios? El talento tiene diferentes formas. Desde una idea innovadora, hasta ser capaz de transmitir motivación a un grupo de personas que ante la situación actual, sienten que no hay salida.

A muchos nos asombra o enternece un señor que ha comenzado a vender por internet objetos que antes eran sólo una afición.

A veces, estos golpes de suerte son eso, suerte, pero la mayoría de las veces son pasos adelante que se han de dar si queremos que las cosas cambien.

Obviamente las limitaciones son muchas para cualquier pyme. Pero internet está ahí, las redes sociales también. No sólo es cuestión de dejar en manos de una empresa externa que nuestro negocio despunte, también es el momento de ceder un espacio a esa persona que está en la sombra y a la que no se se le tiene en cuenta porque es lo normal.

Imagen|Moose Photos

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