El fracaso de la ley de la segunda oportunidad: un proceso lento y sin garantías de ser efectivo

El fracaso de la ley de la segunda oportunidad: un proceso lento y sin garantías de ser efectivo
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La actual crisis de la covid-19 ha provocado un aumento de la morosidad que ha tenido un fuerte impacto en el colectivo de los autónomos. Según los últimos datos sobre Estadística del Procedimiento Concursal, publicados por el INE, el número de procedimientos concursales aumentó un 51 por ciento entre el segundo y tercer trimestre del año.

Para paliar este tipo de problemas, hace unos años, el parlamento aprobó la conocida como Ley de la Segunda Oportunidad, un mecanismo concursal para autónomos que brinda una solución para que las personas físicas puedan cancelar sus deudas y comenzar de nuevo. Una herramienta necesaria, pero que en la actualidad es imperfecta y está abrumada por una burocracia excesiva.

En primer lugar, porque los procedimientos son excesivamente largos. Los solicitantes deben esperar entre 12 y 18 meses. Sandra López, abogada de Deudafix, explica que el primer obstáculo es encontrar un notario en el domicilio de deudor. Si este no acepta gestionar el caso, que normalmente se debe a que sus honorarios están legalmente limitados y no son rentables en muchos casos, el solicitante sufrirá el primer retraso en la tramitación.

El deudor dependerá exclusivamente de dicha notaría para formalizar su solicitud del Acuerdo Extrajudicial de Pagos de la Ley de Segunda Oportunidad. En caso de no llegar a un acuerdo, el interesado debería iniciar interminables y costosas reclamaciones y/o procesos judiciales, que no puede asumir.

Esta es una gran diferencia con otros países de nuestro entorno, donde este procedimiento concursal está mucho más consolidado. Sin ir más lejos, en Inglaterra y otros países europeos con población similar a la de España se están gestionando cerca de 10.000 procedimientos similares al mes. Un número que, con total seguridad, será la cantidad que se tramitará en nuestro país a corto plazo, tras la crisis del COVID-19.

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