Cuando los caminos de la empresa y el empresario se separan

Cuando los caminos de la empresa y el empresario se separan
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En su día ya hable de la importancia de sincronizar los objetivos del emprendedor y de su empresa. Comenté la existencia de distintos tipos de emprendedor y la importancia de evitar que la concepción del negocio choque con las aspiraciones personales de su promotor. Es crucial que los caminos de la empresa y del empresario vayan paralelos, porque cuando se separan pueden surgir problemas que lleven al fracaso.

En los casos en los que el negocio depende directamente de una sola persona es muy habitual que, si ese negocio va bien, haya un aumento de la actividad que repercuta directamente en la dedicación al trabajo del empresario. Este puede haberse planteado ese negocio sin más aspiraciones que conseguir un medio de vida, por lo que ese aumento en la carga de trabajo le puede suponer un conflicto.

Lo mismo puede ocurrir si la carga de la responsabilidad de dirigir el negocio, de tomar continuamente decisiones trascendentales para el mismo o el no poder compartir esas tareas, vaya minando y agotando psicológicamente al empresario. O puede que se llegue al caso de que el crecimiento de la empresa sobrepase las capacidades o conocimientos del empresario por lo que el futuro del negocio pueda verse en peligro.

La solución más sencilla para estas situaciones es crear una estructura en la empresa que permita la delegación de funciones por el empresario. Crear cargos de responsabilidad que dependan directamente de éste y que puedan descargar parte de las tareas que realiza la dirección. Formar esta estructura supone un coste, por lo que el empresario debe valorar si es rentable dar este paso. Por otro lado, se necesita hacer una buena selección de las personas que vayan a ocupar esos cargos de responsabilidad y el empresario debe confiar plenamente en esas personas.

Otra opción es incorporar a un socio. En los casos en los que el empresario pueda sentirse incapaz de asumir en solitario el crecimiento del negocio puede ser una buena solución buscar a alguien con quien compartir esa tarea. Por supuesto, si ya es difícil buscar en quien poder delegar parte de esta tarea, más difícil es todavía encontrar a quien ceder parte del mismo. Porque de un subordinado se prescinde, pero de un socio es más complicado, además es importante delimitar las responsabilidades y funciones del nuevo socio que éstas no interfieran ni generen conflictos con el resto de la organización.

La última opción, y la más drástica, es la venta del negocio. Aquellos casos en los que el empresario puede verse sobrepasado por el mismo y no quiere complicaciones de mandos intermedios o nuevos socios puede optar por vender un negocio rentable, obtener unos buenos beneficios y empezar de nuevo.

En Pymes y Autónomos | Negocio, empresa y organización Imagen | eldelinux

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