El 80% de las empresas permite aplazamientos en el cobro de sus facturas para mejorar la relación con sus clientes

El 80% de las empresas permite aplazamientos en el cobro de sus facturas para mejorar la relación con sus clientes
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La incertidumbre económica provocada por la pandemia continúa generando una enorme bola de nieve de morosidad entre las empresas españolas. El miedo es tal que las pymes están decidiendo aumentar el periodo de pago a sus clientes para asegurarse el cobro de sus facturas y así mantener a flote sus negocios.

Esta es, al menos, la conclusión a la que ha llegado el último Informe Europeo de Pagos de Intrum. No en vano, la mitad de las compañías españolas reconoce haber extendido sus condiciones de pago a proveedores ante la creciente incertidumbre económica y hasta cuatro de cada cinco encuestadas opta por esta práctica para no dañar la relación con sus clientes, y once puntos porcentuales por encima de la media europea (69 por ciento).

Junto con la recesión económica, las dificultades financieras son la principal preocupación de las empresas en esta nueva normalidad, y uno de los principales retos es que sus clientes paguen a tiempo. A ello también contribuye el próximo vencimiento de los créditos ICO, y las entidades financieras volverán a iniciar procesos de ejecución de las deudas, llevando a muchos negocios a concurso de acreedores, algunos de ellas solventes, pero con problemas temporales por la covid-19.

Esta situación ha llevado a que, en tan solo un año, se hayan quintuplicado el porcentaje de organizaciones que cree que el riesgo deudor aumentará el próximo año. Mientras que en 2019 solo un 10 por ciento de las empresas realizaba esta afirmación, a día de hoy, el 48 por ciento de los encuestados prevé un aumento de los impagos en los próximos 12 meses, casi 38 puntos porcentuales más.

Por eso, cada vez son más los negocios que deciden tomar medidas de prevención ante los impagos, como por ejemplo el pago adelantado, que es el mecanismo más empleado por las empresas. De hecho, más de la mitad de las encuestadas (51 por ciento) recurre a esta medida para reducir las deudas de sus clientes, mientras que el promedio europeo se sitúa en el 31 por ciento.

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