Se dice lo contrario, pero España está batiendo récords en teletrabajo. El problema es que estamos muy por debajo de la media europea

Se dice lo contrario, pero España está batiendo récords en teletrabajo. El problema es que estamos muy por debajo de la media europea
Sin comentarios
HOY SE HABLA DE

En 2024, más de 3,3 millones de personas teletrabajaron en España. En volumen, equivale a la totalidad de trabajadores autónomos en activo.

Se trata de un dato histórico que marca un punto de inflexión desde los años previos a la pandemia, cuando el trabajo remoto era algo casi anecdótico. Sin embargo, la distancia con el resto de Europa sigue siendo significativa, tanto en términos absolutos como relativos.

Un récord, pero sabe a poco

Según los últimos datos de Eurostat, en España el 15,4 % de la población trabajadora realiza al menos parte de su jornada laboral desde casa. Este porcentaje supone una ligera mejora frente al año anterior (+1,2 puntos), pero queda lejos del promedio europeo, situado en el 22,6 %.

Si nos fijamos en estados como los Países Bajos (52  %), Suecia (45,6  %) o Luxemburgo (42,8  %), la brecha resulta todavía más pronunciada. Y lo más preocupante: ni siquiera grandes economías como Alemania (28,6 %) o Francia (26,3 %) están a nuestro alcance en este momento.

Además, el porcentaje global en España combina dos perfiles diferenciados:

  • Un 7,8 % de los trabajadores teletrabaja de forma habitual (al menos la mitad de los días laborables)
  • Un 7,6 % lo hace solo de modo ocasional, unas pocas horas o días a la semana

En comparación, el pico de teletrabajo habitual durante la pandemia fue del 10,9 % (2020), lo que sugiere que aún no hemos recuperado el nivel de transformación (pandemia y postpandemia) que supuso la crisis sanitaria.

Contexto difícil

Asimismo, según los analistas hay varios elementos que facilitan o dificultan la acogida del teletrabajo, como la perspectiva empresarial, el marco normativo o el tejido productivo.

En este sentido, como detalla El País, España sigue siendo un país de pymes a menudo con escasa capacidad para implantar modelos flexibles o entornos digitales robustos.

A todo ello, se suma el peso de varios sectores de alta presencialidad en España, como el comercio, el transporte o la hostelería, que no permiten esta modalidad y una cultura empresarial muy vinculada a la presencialidad: como si la productividad dependiera exclusivamente de la presencia física, para lo que las estructuras rígidas y la falta de confianza en la autonomía del equipo tampoco ayudan.

Según José Varela, responsable de Digitalización de UGT, “todavía hay muchas empresas ancladas en el siglo XX”, y algunas declaraciones empresariales siguen sugiriendo que “el teletrabajo no es adecuado para los españoles por ser poco disciplinados”.

¿Qué implica esto para las pymes?

Para una pyme, apostar por el teletrabajo no es solo una cuestión de bienestar o conciliación, sino también puede ser una decisión estratégica.

Implementar el trabajo en remoto con éxito puede suponer el acceso a talento fuera del entorno local, una notable reducción de costes y mayor  compromiso y satisfacción laboral.

Además, en un contexto de escasez de profesionales cualificados en ciertas áreas, el trabajo remoto puede ser un diferencial clave para captar perfiles que de otro modo optarían por grandes empresas o destinos internacionales.

Una oportunidad desaprovechada

El teletrabajo avanza en España, pero con una inercia limitada. No basta con que haya más personas trabajando en remoto. Si se busca una mejora a medio plazo, es necesario que este modelo se consolide con estructuras más robustas, cambios culturales y una apuesta clara por la digitalización en las pymes.

Si otros países con economías similares, como Portugal o Malta, han logrado porcentajes notablemente superiores (20,6 % y 26,2 % respectivamente), la clave no está solo en el sector productivo, sino en la voluntad de adaptarse. La pregunta, en este punto, no es si el teletrabajo puede funcionar en España, sino si queremos que lo haga.

Temas
Inicio