En los últimos meses, las noticias sobre la pérdida de empleos por el auge de la inteligencia artificial han oscilado entre el optimismo desmedido, la confrontación con las regulaciones y los pronósticos futuristas que acaparan titulares.
El ejemplo más cercano lo ofreció el CEO de Vista Equity Partners, Robert Smith, para Bloomberg, con una clara advertencia sobre las empresas de IA: “El 60 % de vosotros no tendréis trabajo”. La frase se ha viralizado a toda velocidad en redes, pero ¿es cierto? ¿Se viene un apocalipsis laboral o es una transformación más compleja?
El 40 % de los trabajos cambiarán en 2030
Hay una parte cierta entre las declaraciones que están apareciendo estas semanas: la consolidación progresiva de la IA en el mundo del trabajo ya es una realidad y, además, está mostrando cómo las pequeñas empresas y los autónomos no pueden quedarse al margen.
Según el Foro Económico Mundial, el 39 % de las competencias actuales quedará obsoleto antes de que termine la década. No obstante, esto no es una catástrofe, puesto que muchos expertos señalan que, aunque unos 85 millones de empleos podrían desaparecer, se crearán 97 millones de nuevos puestos vinculados a tecnología, creatividad, análisis de datos o atención personalizada.
A su vez, otras instituciones, como la OCDE, advierten de que hasta un 46 % de los empleos podría ser automatizados, especialmente en tareas repetitivas o con procesos que resulten fáciles de sistematizar.
¿Qué está pasando en España?
Si te lo estás preguntando, en España la adopción de herramientas de IA aún es limitada, pero sigue creciendo. Como ocurre en otros mercados más allá del tecnológico, el laboratorio mundial alcanza primero los EEUU, Asia y algunos países del norte de Europa antes de llegar aquí, sin embargo, un 26 % de los trabajadores ya utiliza la IA para traducir, corregir textos o generar borradores.
Sin embargo, más del 55 % no la usa todavía, lo que refleja un margen de mejora significativo y ofrece una clara ventaja competitiva a aquellos profesionales que dediquen tiempo a actualizar su conocimiento.
El reto sigue estando en trasladar esta transformación al tejido real de pymes y autónomos, que representan más del 95 % del empleo en España. Debido a su tamaño, estas empresas pueden tener mayores dificultades para acoger los cambios a la misma velocidad que las multinacionales.
Las pymes sí están empezando a moverse
Sin embargo, según el Índice de Tendencias Laborales 2025 de Microsoft, el 24 % de las pymes ya estácontratando perfiles vinculados a la IA, y otro 29 % lo hará en los próximos 18 meses. En cinco años, un 30 % planea rediseñar procesos, y un 34 % integrará IA generativa o sistemas multiagente.
Los usos más habituales incluyen desde chatbots para atención básica al cliente a sistemas de precios dinámicos en sectores como hostelería, generación automática de contenido para redes sociales o campañas y herramientas de análisis para gastos o detección de fraude.
De este modo, la pregunta no es si la IA eliminará todos los empleos, sino cuáles sobrevivirán y cómo se transformarán. En sectores con alto componente humano —como la atención personalizada, el trabajo manual, la educación o la artesanía— la tecnología puede ser una aliada, no una amenaza.
De hecho, voces expertas subrayan que cuanto más cerca se esté del cliente, más difícil será ser reemplazado. Por eso, profesiones como fontaneros, entrenadores personales, terapeutas o gestores tienen un futuro sólido… siempre que integren herramientas digitales en su día a día.
Formación, para la que se avecina
La inestabilidad de las habilidades laborales se ha reducido del 57 % en 2020 al 44 % en 2023 gracias a programas de reconversión, formación profesional y reciclaje.
En España, existen diversas iniciativas que facilitan esa adaptación vinculada a la Escuela de Organización Industrial (EOI), que ofrece cursos gratuitos sobre digitalización de pymes y nuevas competencias digitales, algunos programas autonómicos (como el IAON Aragón) y el famoso Kit Digital del Gobierno, que sigue vigente, con subvenciones específicas para soluciones tecnológicas adaptadas a autónomos y microempresas.
En conclusión, lejos de titulares alarmistas, la realidad debe matizarse mejor: la inteligencia artificial ya está cambiando el panorama laboral, pero no de forma uniforme ni inmediata.
Para las pymes y los autónomos, representa una oportunidad clara de mejorar procesos, reducir costes y ganar competitividad. El reto será adaptarse, formarse y entender que el verdadero valor añadido —el humano— no desaparece, sino que se transforma.
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