El humor como recurso empresarial (I)

El humor como recurso empresarial (I)
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El sentido del humor y la forma de expresarlo son propiedades culturales de la sociedad en la que se desarrolla una empresa pero dentro de ella nos regimos por subculturas distintas.

Los negocios son serios, eso lo sabemos. Pero esto no quita que las empresas pueden utilizar el humor y la sonrisa como valor motivador e incluso como diferenciador de cara al cliente.

La aplicación adecuada del humor al entorno laboral se basa principalmente en su gestión, según mi parecer. ¿Cómo se gestiona el humor? Veamos, se suele entender “humor” como una buena disposición a hacer cosas y un estado afectivo espontáneo que puede tener efectos positivos o negativos a partes iguales. Crear estas condiciones forzosamente es prácticamente imposible pero gestionarlas no tanto.

Gestionarlo correctamente supone crear momentos en los que pueda desarrollarse sin afectar a la productividad o aprovecharlo con el fin de potenciarla.

Como personas que somos y teniendo en cuenta que la gran parte del día la pasamos trabajando tenemos necesidades. El humor, la pertenencia a un grupo, la sonrisa… son factores que interfieren en la motivación, el ánimo, el clima laboral y que, en un ambiente natural, surgen de forma espontánea.

La empresa, como ambiente “impuesto” que funciona bajo normas distintas, puede ayudar a que la relación entre los grupos de trabajo sean más fluidas y naturales. Esto favorece el intercambio creativo, el nacimiento de ideas y la visión positiva que incluso puede llegar a tener su reflejo productivo.

El momento adecuado

Hay momentos en los que simplemente las cosas no tienen gracia. En los grandes puntos de actividad donde la saturación mental obliga a centrarse únicamente en el trabajo se coarta la exteriorización del humor e incluso no se procesa internamente. Este mecanismo natural lo podemos entender fácilmente si nos imaginamos corriendo delante de un león con un amigo y a este se le caen los pantalones. En otro momento nos reiríamos pero con un león detrás… creo que entendemos la idea (Más allá de que gracias a eso podríamos salvar la vida…claro).

El humor encuentra su ambiente natural cuando se disfruta de la distensión y la tranquilidad de jornadas de baja actividad, periodos prevacacionales, antes de los fines de semana… El sentido del humor y la sonrisa salen como si fuera un premio colectivo, un refuerzo positivo y un acto natural ante la superación positiva de una situación “forzada”.

La empresa puede aprovechar estos momentos para crear actividades que utilicen y regulen este momento con la idea de que los trabajadores entiendan que se quiere lograr un buen ambiente y que hay momentos para que eso se produzca.

Evidentemente el sentido del humor puede tener una vertiente negativa cuando monopoliza la actividad de un empleado, afecta a la productividad o al ambiente laboral pero es algo que también hay que gestionar. No podemos intentar imponer que esto no suceda pues es un acto humano que hay que controlar dando salida a esas necesidades y evitando que afecten al buen rendimiento.

Algunos ejemplos

Durante un tiempo tuve relaciones bastante cercanas con muchas asesorías fiscales de mi tierra. En los trimestres se producía un gran caos, estrés y el humor empeoraba (normal según lo que comenté del León) lo cual incluso producía situaciones de tensión entre los empleados.

Algunas de estas empresas, no pocas, sabían el esfuerzo realizado por los empleados para presentar todo en plazo, incluso haciendo horas extra así que se preocupaban por hacer una fiesta de fin de campaña en las oficinas.

Esa puerta abierta servía para dispersar el estrés acumulado, resolver los conflictos creados, desvincular el lugar de trabajo de las situaciones negativas y mejorar con ello la unión de los empleados. Para algunos suponía el principio de sus vacaciones y que la empresa te “premie” de esa manera resultaba muy agradable.

Hace tiempo leí unos estudios (disculpen que no cuente con la fuente ahora mismo) que decía que el buen humor en la empresa favorece la fidelidad del cliente y del empleado. No me extraña.

En el telediario puede ver hace meses otros ejemplos curiosos realizados en fechas de baja actividad. Por ejemplo, en una empresa había un día al año en el que todos los trabajadores tenían que llevar una corbata o sombrero curioso. Lo que parece una medida “estúpida” realmente favorecía la comunicación entre los empleados y que el humor fuera catalizador para las relaciones sociales dentro de la empresa. Tal era así que las empresas, encantadas por los resultados, no se planteaban dejar de programarlos con la colaboración e ideas de los propios empleados.

Estos “días de” los he visto de diferentes formas tales como el día de la camisa hawaiana (primer día de verano), del bigote extraño (espero que en esto no participaran muchas mujeres a no ser que fuera con postizos) o el día del masaje que comentaba bajavoluntaria en uno de sus comentarios en un artículo anterior.

Como veréis estos ejemplos se producen en áreas y momentos en los que la empresa no están cara al público. Para eso existen otras estrategias, de las que hablaremos en otra ocasión pues la extensión de este artículo está sobrepasando lo que seguramente muchos están dispuestos a leer de una tacada.

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