Cinco lecciones para empresarios del tenista Rafa Nadal

Cinco lecciones para empresarios del tenista Rafa Nadal
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El deporte es uno de esos espejos en el que encontrar lecciones para el día a día. Y personalidades como la del tenista español Rafa Nadal lo son aún más. Ayer ganó el Masters 1000 de Madrid y se convirtió en el segundo profesional con más títulos en tierra batida de la historia. Hace un año muchos dudaban de que volvería a alzar un título, cuando las lesiones no dejaban de castigarle. Su recuperación y su trayectoria deja unas lecciones que se pueden aplicar a la perfección a quien quiere poner en marcha (o ya lo tiene) un proyecto empresarial.

  • El fracaso es duro pero entra en el guión hasta en los que se tienen por infalibles. Nadal estaba entre esos ‘elegidos’ que no fallaban nunca, que no demostraban flaqueza ni en los peores momentos. Pero la curva, siempre ascendente, se desplomó por culpa de las lesiones y de la enorme preparación de su competencia. Así, hasta los proyectos más preparados, las empresas más asentadas pueden tener un tropiezo. Una mala racha, una serie de decisiones erróneas pueden tirarte a la arena sin más.
  • A veces sólo se valoran los éxitos cuando cuestan mucho más conseguirlos. Al igual que le ocurrió al tenista, muchas empresas encadenan varios triunfos y olvidan lo que era lograrlos desde abajo. A veces, sólo a veces es necesario ver el horizonte desde más abajo para valorar mucho más cada paso que se da, por pequeño que sea.

  • Resurgir una y otra vez sólo tienen un ingrediente básico: esfuerzo y sacrificio. Hace un año, nadie daba un céntimo por que Nadal volviera a plantar cara a los rivales de lo más alto de la clasificación. Ahora vuelve de nuevo a morder trofeos y a ganar. Pero, antes de que lleguen esos momentos dulces se han sucedido muchos momentos difíciles, mucho trabajo en la oscuridad, muchos esfuerzos. En un proyecto empresarial, levantarse después de una caída no se consigue sin todo eso.

  • Encontrar la motivación en los pequeños logros. A veces, buscando los retos más grandes nos olvidamos de los pequeños triunfos. Nadal sentía que crecía con llegar a semifinales de grandes torneos, cuando hace sólo dos años sólo valoraba la final. Pero lo hacía porque sólo de esa forma podía ver mucho más cerca esa final. Ocurre lo mismo en un proyecto empresarial: no sólo se debe mirar el plan de negocio de los próximos 5 años, sino las metas que se pueden alcanzar en el próximo trimestre.

  • La humildad. Saborear las mieles del triunfo y llegar una y otra vez a las metas que te propones no puede robarte la humildad. El tenista español la tuvo siempre, cuando ganaba y cuando ha perdido. Un empresario que plantea su proyecto debe tenerlo como principio: la humildad suficiente para saber que mañana puedes estar hincando la rodilla en la arena y que siempre puede haber alguien mejor que tú o que haga las cosas mejor.

En Pymes y Autónomos | La cultura de la superación personal, Convertir las dificultades en motivación, una de las claves para emprender hoy Imagen | mirsasha

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