Qué sabemos de la reforma de la Seguridad Social y cómo afectará a nuestra jubilación
Fiscalidad y Contabilidad

Qué sabemos de la reforma de la Seguridad Social y cómo afectará a nuestra jubilación

Los acuerdos alcanzados para mejorar la financiación de la Seguridad Social en el Pacto de Toledo son de mínimos. Ya se hizo hincapié en que servirían para mantener el sistema hasta 2025, no mucho más. Se mantiene la edad de jubilación en los 67 años y el objetivo es que la edad efectiva de jubilación se aproxime cada vez más a dicha fecha. Vamos a ver qué sabemos de la reforma de la Seguridad Social y cómo afectará a nuestra jubilación.

Para mantener el sistema financiado por cotizaciones sociales, en un momento de recesión económica como el actual y en los próximos años se requiere un recorte del gasto. Y esto se va a intentar conseguir de dos maneras. La primera es incentivando mantenerse trabajando más allá de la edad legal de jubilación. Y a la vez penalizando fuertemente a los que se jubilan anticipadamente.

Un sistema de bonus malos para las jubilaciones

Se trata de un sistema que bonifica a aquellos que llegada la edad de jubilación se mantienen trabajando. Se puede subir hasta un 4% la jubilación por cada año cotizado más allá de la edad legal de retiro, incluso para aquellos que superan la pensión máxima establecida. Otra posibilidad es recibir el dinero tras cada año extra cotizado o una mezcla de ambos. ¿Servirá para incentivar que los empleados se retiren más tarde? Depende mucho del tipo de trabajo y sector.

Todos aquellos que tienen un trabajo más físico lo tendrán más complicado. Aunque también hay fórmulas parciales, como el retiro parcial, trabajando solo una serie de horas al día, una media jornada que también sería beneficioso tanto para trabajador como para Seguridad Social.

El problema aquí es que a muchas empresas no les interesa seguir pagando los salarios, por lo general, bastante elevados de estos empleados. De hecho muchos convenios reflejan la obligatoriedad de jubilarse a la edad legal, sin posibilidad de prolongación. Aquí habría que buscar fórmulas que también beneficiaran a estas empresas.

La jubilación anticipada será cada vez más complicada de aplicar

Por otro lado están los empleados que se jubilan antes de la edad legal, que sufrirían una fuerte penalización. De esta forma la mayoría de ellos si no quieren ver mermada su pensión seguirían trabajando. También afectaría a aquellos que optan por una jubilación parcial anticipada, que en muchos casos concentran todas las jornadas en unos pocos meses al año. También se verían penalizados.

En este sentido para desincentivar a aquellos que ya van a cobrar la pensión máxima y se quieren jubilar antes de tiempo, porque incluso con la penalización no tienen pérdida, se propone que si la base reguladora supera la pensión máxima, los coeficientes reductores se aplicarán directamente sobre la cuantía de la prestación máxima que fije la ley.

Alargar el tiempo de cotización

Este es otro de los aspectos claves. Ampliar a 35 años de cotización para el cálculo de la pensión, lo que de facto implica rebajar la cuantía total de la pensión, porque se entiende que los años de inicio de la carrera laboral las cotizaciones suelen ser mucho más bajas, aunque se podrían elegir descartar del cálculo los peores años de la serie, como podría ser el caso de un trabajador que se va al paro los últimos años de su carrera profesional.

Se estima que el recorte de las pensiones con este cálculo sería de un 5,5% de media, aunque podría ser algo menos si se pueden eliminar los años con peores cotizaciones. Esto supone un ahorro de gasto muy importante en una partida que no va a parar de aumentar en los próximos años, con una fuerte tensión por la jubilación de la generaciones nacidas entre los 60 y 80, con un gran pico de natalidad en estos años.

Para muchos economistas el cálculo de las pensiones tendría que ampliarse al 100% de la vida laboral para hacer el sistema más justo y sostenible. Lo cierto es que habrá que financiar vía Presupuestos el sistema y esto solo es posible con crecimiento económico, salarios más altos y un mayor número de cotizantes, por lo que el futuro de las pensiones está lejos de quedar claro.

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