El factoring: ventajas, inconvenientes y precisiones

El factoring: ventajas, inconvenientes y precisiones
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Continuamos con nuestro largo camino sobre los distintos modos de financiar el circulante empresarial. Y nos toca ya hablar del factoring, un medio que si bien hace años podía considerarse novedoso, hoy por hoy forma parte del menú financiero de cualquier entidad que trabaje con empresas. De hecho, el factoring es un medio muy utilizado en terceros países, que desconocen las distintas modalidades de descuento comercial que hemos comentado. Y tiene sentido, ya que el factoring las engloba y las supera, aún cuando tiene sus limitaciones.

El factoring supone la cesión por parte de la empresa de las facturas que tiene contra un cliente a una entidad financiera, denominada factor. Vamos, que se las compra. Esta entidad se encargará de la gestión de cobro de dichas facturas, y anticipará las mismas a solicitud del cedente, aplicándole un tipo de interés y una comisión por factura al descuento, de un modo similar a los supuestos de papel comercial.Pero frente a las fórmulas que hemos visto tiene importantes ventajas:

  • No es necesaria la existencia de letras, cheques, pagarés que documenten la relación comercial. Basta con la presentación de la gfactura correspondiente, aunque en ocasiones nos pedirán que este señalada, o que tenga una toma de razón (compromiso de abono a la Entidad financiera diligenciada sobre la propia factura), etc. Lo normal es que, previamente a empezar a trabajar con el factor, la empresa deudora firme una carta por la que a partir de ese momento se compromete a pagar todas las facturas del cedente a través del factor, aunque no tiene que ser necesariamente así.

  • Por los motivos anteriormente expuestos, es especialmente interesante para empresas que no emiten o no aceptan efectos comerciales como medio de pago. Esto ocurre en grandes empresas privadas que pagan por transferencia, pero también en los clientes del sector público e incluso con clientes extranjeros, que no están habituados a nuestros usos financieros. Cuando se habla de forfaiting en comercio internacional, estamos hablando en última instancia de una operación de factoring.

  • Eliminación del riesgo de insolvencia: El factoring generalmente usado en España es el factoring sin recurso. Eso significa que la entidad financiera, el factor asume el riesgo de insolvencia del deudor. Si éste entra en concurso (insolvencia/suspensión de pagos) ese riesgo es cosa de ella. Pero cuidado, que en el caso de una indebida cumplimentación de la factura. o de meras disputas comerciales, el factor se reserva el derecho de cargar, con gastos incluidos, la factura en la cuenta del cedente. Por tanto, si bien es cierto que se elimina el riesgo de insolvencia no elimina totalmente el riesgo de impago.

  • El factoring sin recurso logra que nuestros balances sean más pequeños, más reducidos, al desaparecer la cuenta de clientes y la correlativa correspondiente a la financiación bancaria de los mismos. Esto permite unas mejores ratios de rentabilidad, un mayor número de vueltas que dicen los financieros al Balance. en contra de lo que algunos piensan, los Balances pequeños son más bellos. En términos financieros.

Sin embargo, el factoring, frente al descuento comercial también presenta desventajas:

  • El tipo de interés es sustancialmente más caro en el caso del sin recurso. Tiene su lógica, dada la traslación del riesgo, pero como hemos visto esa seguridad solo funciona en casos extremos, por lo que en ocasiones nos preguntamos si merece la pena.

  • Los clientes que pagan por transferencia o por envío de cheque a vencimiento, como suele sucede con los que son factorizados, tiene la mala costumbre de retrasarse en los pagos. Lo que conduce a que ya no el tipo de interés sea superior, que lo es, es que además las liquidaciones son mayores debido a que los plazos se engrosan. Y en ocasiones, esto acaba en devoluciones, cuando el factor no soporta más la espera y lo carga directamente en la cuenta del cliente con el consiguiente desaguisado financiero. Dejar el mecanismo de cobro a iniciativa del deudor suele tener estas cosas.

  • Solo se suelen factorizar clientes vips, ya no solo que tengan un buen perfil financiero. Además debe haber información pública disponible en los registros oficiales y ausencia de alarmas externas significativas. El rigor es mucho mayor que en el caso del descuento comercial, y es raro que toda nuestra cartera pueda ser factorizada.

  • La burocracia es también más elevada (y eso que se ha generalizado el uso de internet para su operativa). Como hemos comentado, suele exigir exclusividad en el triángulo proveedor-cliente-factor, lo que impide generalmente el acudir rápidamente a la competencia para anticipar la factura (salvo excepciones). Ademas, de algún modo obligas a tu cliente a una carga administrativa (firmar compromisos de pago, etc...) que puede que no le resulte simpático. De hecho conozco empresas que se niegan a mantener relaciones comerciales si son factorizadas.

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