La lumbalgia crónica se ha convertido en uno de los motivos más frecuentes de baja laboral en España. En los últimos meses, la Seguridad Social y los tribunales han concedido en casos excepcionales la incapacidad permanente con el 100 % de la pensión a trabajadores que no pueden desempeñar ninguna actividad.
Sin embargo, pese al aluvión de noticias de las últimas semanas sobre este tema, se trata de supuestos concretos, en los que el dolor lumbar está acreditado como grave, constante y resistente a los tratamientos.
No todas las lumbalgias dan derecho a pensión
En este sentido, el reconocimiento de incapacidad por lumbalgia no es automático. La jurisprudencia exige que se demuestre que la dolencia incapacita de forma objetiva y permanente.
Así lo ha recogido una sentencia reciente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que negó la incapacidad permanente total a una administrativa con lumbalgia crónica al considerar que no estaba suficientemente acreditada la limitación funcional.
Los especialistas en derecho laboral subrayan que el grado absoluto (100 % de la pensión) se reserva solo para los casos en los que no hay posibilidad real de desempeñar ningún trabajo, no solo la profesión habitual, como apuntaban desde El Economista.
Las dolencias musculoesqueléticas —entre ellas la lumbalgia— representan uno de los principales motivos de baja en España. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo y los informes de la Seguridad Social, alrededor del 30 % de las incapacidades temporales están relacionadas con problemas de espalda, cuello o articulaciones.
La AENOR señala que los trastornos musculoesqueléticos son responsables de más de un tercio de las bajas laborales en la UE, y España no es una excepción.
En los últimos años, los partes médicos por lumbalgia y ciática se han consolidado como una de las causas más frecuentes de baja laboral, especialmente en sectores con carga física intensa (hostelería, logística, construcción) y en entornos con largas jornadas sedentarias (administración, teletrabajo sin ergonomía).
En pocas palabras, esto significa que, más allá de los casos que llegan a incapacidad permanente, la lumbalgia ya supone un coste recurrente en absentismo y productividad para las pymes.
Casos recientes en tribunales
Existen casos en los que se han conseguido que la justicia ha fallado a favor de los afectados, como el de un vigilante de seguridad sevillano, que consiguió el reconocimiento de una incapacidad permanente total (55 % de la base reguladora) tras seis años de problemas lumbares y recaídas continuas o una informática de 49 años con lumbociática severa, que solo podía aliviar el dolor tumbada boca abajo (decúbito prono) y que no tiene opción de tratamiento quirúrgico.
Por el contrario, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid también anuló en 2024 una incapacidad a una masajista con fibromialgia, lumbalgia y problemas ortopédicos graves porque había solicitado la absoluta, cuando lo que correspondía era la total, lo que demuestra la importancia de cómo se plantean las demandas.
Un cambio legal importante
Desde el 1 de mayo de 2025 ha entrado en vigor una ley que elimina el despido automático por incapacidad permanente.
La modificación del Estatuto de los Trabajadores obliga, en la actualidad, a que las empresas mantengan el empleo de los empleados y valoren ajustes razonables en el puesto de trabajo antes de extinguir el contrato.
Un reto adicional para las pymes, que tienen que adaptar sistemas y mostrar flexibilidad para ofrecer un nuevo puesto laboral o reubicar al trabajador antes de proceder a un despido.
Para las pymes, estas resoluciones judiciales y cambios legales se traducen en un escenario más exigente. Una incapacidad reconocida puede derivar en costes laborales más altos, ya que prolonga bajas médicas y repercute en cotizaciones.
A todo ello, se suma la necesidad de reforzar la prevención de riesgos laborales: invertir en ergonomía o en adaptar puestos resulta clave en sectores como la hostelería, la logística o la construcción, donde las dolencias lumbares son frecuentes.
La gestión también se complica en el plano jurídico, pues la disparidad de criterios en tribunales hace imprescindible contar con asesoría especializada.
Además, la combinación de una jurisprudencia favorable y la nueva normativa que limita el despido automático puede incrementar las solicitudes de incapacidad, generando tensión en plantillas pequeñas donde cada trabajador resulta esencial para la continuidad del negocio.
En pocas palabras, la lumbalgia crónica se está consolidando como una de las principales causas de incapacidad laboral en España. Si bien no todos los casos obtienen el 100 % de la pensión, las recientes sentencias y el cambio legal en torno al despido refuerzan la importancia de que las pymes refuercen la prevención, adapten los puestos de trabajo y se asesoren legalmente para anticipar riesgos y evitar costes inesperados que comprometan su viabilidad.
Ver 0 comentarios