Hace unos días Expansión publicó una noticia en la que informaba que el Estado ahorraría 4.000 millones de euros si renegociara sus contratos, cantidad, desde luego, nada despreciable. Desde luego todo lo que suponga un ahorro ha de ser siempre tenido en cuenta y en momentos en los que la coyuntura no es especialmente propicia, con más razón.
En las empresas también se debería proceder con prudencia y austeridad, especialmente con los gastos generales. Es decir, aquello que no es un gasto directo de producción, como pueden ser los salarios relacionados con las tareas administrativas o de dirección, viajes, servicios profesionales externos (outsourcing), suministros, etc.
Es llamativo como se incrementan exponencialmente los gastos generales de una empresa conforme mejora la situación económica y financiera de la misma. Así por ejemplo, si antes se hacía uso de la videoconferencia por Skype con una adsl se pasa a tener una sala de videoconferencia con un ibercom, o aún peor, se produce la sustitución de la videoconferencia por viajes, o se deja de controlar el coste de las telecomunicaciones como por ejemplo las facturas de los móviles o las llamadas internacionales, dejando de contemplar acuerdos ad hoc con los operadores o sistemas de voz IP para reducir el coste de las mismas.
Al Estado le puede supone 4.000 millones de euro revisar y renegociar sus contratos, que desconozco que porcentaje de ahorro puede suponer, pero seguramente a una pequeña empresa o a un autónomo cuidar esos detalles, es decir, prestar especial atención a los gastos generales le puede suponer un ahorro más significativo de lo que a priori se pueda imaginar y con un óptimo coste –beneficio.
imagen| Ken Wilcox
En Pymes y Autónomos | Medidas para el ahorro de costes en las empresas