![Ni reforma fiscal ni cambios en las cuotas, el kit digital ya ha arruinado a más de una pyme y emprendedor](https://img.remediosdigitales.com/12e95f/ni-reforma-fiscal-ni-cambios-en-las-cuotas-el-kit-digital-ya-ha-arruinado-a-mas-de-una-pyme-y-emprendedor/450_1000.jpeg)
Si bien el Kit Digital se diseñó como una iniciativa para la digitalización de las pymes y autónomos españoles, estos últimos días para pedir la subvención la realidad nos muestra que la premisa de modernizar el tejido empresarial sigue lejos de cumplirse.
Ya en 2023, empezaron a verse casos que evidenciaban las dificultades para asumir el pago a los proveedores y cómo este ha asfixiado a numerosas agencias y autónomos que han tenido que pedir créditos, mientras otros equipos revenden plantillas clonadas como webs corporativas.
El pago medio, a un año vista
Los agentes digitalizadores son aquellos emprendedores o empresas encargados de prestar los servicios y productos financiados por el Kit Digital. Una iniciativa que cuenta con 3.067 millones de euros de los fondos NextGenEU en España.
Para ser agente digitalizador, el Gobierno exige registro fiscal y sede en la UE, experiencia demostrable, cumplimiento con las obligaciones tributarias y transparencia, respeto y cooperación con la normativa "Next Generation EU".
Además, para las empresas, es necesaria una facturación mínima de 100.000 euros en los dos últimos ejercicios previos a la solicitud, o de 70.000 euros en el caso de los autónomos: existen otros supuestos más sencillos de cumplir, pero se mantienen en los mismos montos de facturación.
Pese a los requisitos, el pago frente al Kit Digital suele llegar, en gran medida, hasta 12 meses después de la emisión de la factura. Así, el retraso de los pagos por parte de la Administración se ha convertido en uno de los problemas críticos, que suele poner en situaciones complejas a pequeñas y medianas empresas que deben financiar el trabajo y los costos operativos.
Un retraso que distintos profesionales han denunciado en redes como LinkedIn, alegando que, por ley, el pago a proveedores tiene una fecha límite de 45 días naturales, mientras que "el Gobierno está pagando incluso a un año vista", dicen. Esto genera un desequilibrio que golpea con fuerza a las pymes y que ha obligado incluso al cierre de agencias.
Un enredo digital
Asimismo, los retrasos en los pagos se suman a una competencia enorme y unos trámites interminables, según denuncian distintas fuentes. Las quejas principales que recoge la prensa hablan de una enorme burocracia, e incluso de competencia desleal (con multinacionales o bancos ofreciendo kits digitales: por ejemplo, el Banc Sabadell o el Banco Santander).
Entre las principales cuestiones se critica la lucha de precios que sacrifica la calidad del servicio y la falta de conocimiento, tanto para los posibles beneficiarios del kit como para empresas que, o bien no entienden qué necesitan para su transformación digital, o tienen expectativas poco realistas sobre las soluciones.
Además, las pymes que han intentado mantenerse operativas mediante el kit digital, se han encontrado con complicaciones estructurales, como tensiones financieras (declarar y adelantar el IVA y el IRPF) y agotamiento administrativo: buscar formas de lidiar con estos retrasos en los pagos y, a la vez, ofrecer un servicio adecuado al cliente final.
Para los beneficiaros del kit, tampoco es todo de color de rosa. Para empezar, si el agente digitalizador no justifica bien la ayuda, los autónomos podrían tener que devolver el dinero de la subvención y, además, no es extraño encontrarse con precios extra justificados para costos iniciales e incluso porcentajes adicionales que encarecen el proceso.
El autónomo, además, al menos hasta la puesta en funcionamiento del IVA franquiciado, tiene que asumir el IVA de la factura y la ayuda está sujeta a IRPF, por lo que también repercutirá en la declaración de la Renta.
Falta de compromiso
Entre tanto, no son pocos los negocios que han denunciado la baja calidad de los servicios entregados mediante el programa de Kit Digital. Desde páginas web clonadas, sin personalizar o con errores graves, lo cual incluso puede perjudiciar su presencia digital, hasta proyectos que no se ajustan a las necesidades reales del cliente.
En muchos casos, se afirma que el enfoque principal parece ser cumplir con las condiciones mínimas de la subvención en lugar de aportar un valor tangible.
El diseño del programa también ha favorecido a grandes corporaciones y multinacionales, que con amplios recursos y departamentos dedicados han absorbido una porción significativa de las ayudas, desplazando a las pequeñas agencias.
Así, los resultados dispares vinculados con el Kit Digital no radican únicamente en su diseño, sino en la falta de implicación real de todas las partes. El camino para la mejora parece que debería pasar por estándares claros y objetivos concretos que generen un impacto real. Sin obviar tampoco la necesidad de garantizar pagos más rápidos y controles más estrictos que eviten la mala praxis.
En definitiva, del muy español "para amigos como estos...", con el Kit Digital muchos profesionales le han dado tres vueltas al refranero hasta llegar al "para ayudas como estas, yo me quedo como estoy".