La jubilación anticipada vuelve, una vez más, al centro del debate laboral y empresarial. Según los últimos datos del Ejecutivo, adelantar la jubilación hasta dos años puede suponer una reducción cercana al 20 % de la pensión, incluso en el caso de trabajadores que hayan cotizado más de 40 años.
Este impacto no solo afecta al trabajador, sino que también tiene consecuencias directas para las pymes, especialmente en sectores donde el peso del empleo sénior es clave para la continuidad del negocio.
Cómo funciona hoy la jubilación anticipada
El sistema español permite jubilarse antes de la edad legal en dos supuestos:
- Jubilación anticipada voluntaria, hasta 24 meses antes.
- Jubilación anticipada involuntaria, hasta 48 meses antes, ligada a despidos objetivos, ERE o causas similares.
En los dos casos, la Seguridad Social aplica coeficientes reductores permanentes sobre la pensión, que dependerán del número de meses de adelanto y de los años cotizados por el trabajador.
Estos coeficientes están regulados y se aplican de por vida, no de forma temporal, por lo que es una preocupación habitual de los futuros pensionistas, a quienes se les suele recomendar que realicen los cálculos necesarios para hallar la situación más ventajosa.
Cuánto se recorta la pensión
Según las tablas oficiales y su aplicación práctica, adelantar la jubilación dos años puede traducirse en recortes relevantes:
- Menos de 38 años y seis meses cotizados: 21% de reducción si el adelanto es de dos años, y 3,26% si se anticipa solo un mes.
- Entre 38 y 41 años y seis meses: 19 % de reducción con dos años de adelanto, y 3,11 % con un mes.
- Entre 41 y 44 años y seis meses: 17 % de recorte si se adelanta dos años, y 2,86 % con un mes de antelación.
- Más de 44 años y seis meses cotizados: 13 % de reducción si se adelanta dos años, y 2,81 % si es un mes antes.
Esto explica por qué muchos trabajadores con carreras largas están optando por retrasar su jubilación unos meses, ya que pequeñas diferencias en el calendario pueden suponer miles de euros a lo largo de toda la vida como pensionista.
La aplicación de estos coeficientes ha reabierto el debate político. En los últimos meses se han registrado iniciativas para eliminar o suavizar los recortes en el caso de trabajadores con 40 o más años cotizados, al considerar que su aportación al sistema ya ha sido suficiente.
Sin embargo, por el momento, estas propuestas no se han materializado en cambios normativos, por lo que el sistema vigente sigue aplicándose sin excepciones relevantes para carreras largas.
De este modo, aunque se trata de una decisión individual, la jubilación anticipada tiene un impacto claro en la gestión empresarial, tanto en la planificación de los equipos, donde la salida anticipada de perfiles sénior puede dejar vacíos difíciles de cubrir, la transmisión de conocimiento, que puede suponer un relevo rápido con la consecuente pérdida de experiencia acumulada, y otros costes indirectos, como las prejubilaciones, incentivos o ajustes internos, que pueden encarecer las transiciones.
Para muchas pymes, acompañar al trabajador en una salida progresiva puede ser clave tanto para la empresa como para el propio empleado.
Así, el objetivo de los coeficientes reductores es garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones, pero en la práctica están cambiando el comportamiento de miles de trabajadores. Jubilarse antes ya no es una decisión neutra: supone asumir recortes permanentes que pesan durante décadas.
Mientras no haya cambios legales, el mensaje es claro: anticipar la jubilación tiene un coste elevado, incluso para quienes han cotizado durante toda su vida laboral.
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