
El Banco de España ha lanzado una advertencia clara: si se quiere cumplir con los plazos y evitar perder una parte clave del Plan de Recuperación, hay que acelerar la ejecución de los fondos europeos.
En concreto, queda un año escaso para utilizar todo el dinero.La fecha límite: agosto de 2026 y, por ahora, vamos muy por detrás de otros países europeos y de los tiempos que se habían planeado.
40 % ejecutado, muy por debajo de Europa
Según los últimos datos disponibles, España ha ejecutado aproximadamente 32.000 millones de euros en subvenciones, lo que representa alrededor del 40 %del total asignado.
No obstante, si se incluye la parte correspondiente a los créditos blandos (otros 80.000 millones), el porcentaje de ejecución total cae hasta el 20 %, pues apenas se han utilizado estos fondos extra.
Por el contrario, países como Dinamarca o Francia ya han superado el 70 % del total previsto: unos porcentajes más realistas a estas alturas de 2025 para los fondos NextGenEu.
Los motivos de esta lentitud
Hay varios motivos que explican los retrasos en la aplicación y concesión de los fondos, pero los medios especializados han destacado la burocracia compleja y la lentitud en las convocatorias, la dificultad para lanzar o gestionar proyectos por parte de las administraciones territoriales y los cambios de diseño del plan, que ha sido renegociado en cinco ocasiones con Bruselas.
El propio Banco de España ha recortado su previsión de crecimiento para 2025, del 2,7 % al 2,4 %, en parte por esta falta de ejecución, si bien la guerra comercial norteamericana tiene mucho que ver también. Además, se teme que muchas inversiones clave para el tejido productivo se queden sin materializar: digitalización, formación, rehabilitación energética, transición verde…
Por último, todo ello podría tener un impacto directo en la competitividad de las pymes, al quedarse fuera de programas esenciales debido al acceso más limitado a convocatorias útiles para transformar y modernizar el negocio, el riesgo de que fondos regionales o locales no lleguen a tiempo para pequeñas empresas y la menor capacidad de inversión y adaptación a los nuevos estándares tecnológicos o climáticos.
Soluciones sobre la mesa
Con el objetivo de acelerar los trámites, el Banco de España y la Comisión Europea coinciden que es importante que España pueda simplificar, con carácter urgente, los trámites y una mayor coordinación entre administraciones. Además, se plantea reforzar instrumentos que ya han demostrado ser eficaces, como las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) para facilitar la financiación.
En cualquier caso, el próximo año será decisivo. Los fondos europeos representan una oportunidad única, pero si no se ejecutan con agilidad, España corre el riesgo de perder impacto económico… y una parte significativa de los fondos presupuestados.