La flexibilidad laboral era esto, el falso autónomo ante la pérdida de derechos laborales

La flexibilidad laboral era esto, el falso autónomo ante la pérdida de derechos laborales
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A nadie le gusta perder derechos laborales. Pero menos todavía no tener ingresos. Por eso en muchas ocasiones la figura del falso autónomo es el clavo ardiendo al que muchos se agarran para poder ganar algo de dinero. Aunque saben que acceder a ello implica que están perdiendo derechos laborales.

Porque por mucho que nos digan que tenemos independencia no es así. Simplemente estamos bajo las normas y reglas de una empresa, si cumplimos y decimos a todo que si las cosas irán bien, si nos desviamos del camino previsto, si pensamos por nosotros mismos o si por casualidad les dices que hoy no vas a trabajar, que lo harás desde casa o que tienes a otro cliente, olvídate de volver.

Y lo peor de todo es ser consciente, de que otros trabajadores, que tal vez empezaron un año antes, que están codo con codo haciendo lo mismo que nosotros, tienen un salario más alto, tienen vacaciones, derecho a paro, o simplemente un convenio colectivo que les protege. Pero al final simplemente esperas que en algún momento puedas tener unas condiciones dignas como el resto de trabajadores.

Porque no tiene nada de malo contratar a autónomos en la empresa. Pero tenemos que hacerlo con todas las consecuencias. Lo que no podemos hacer es una media del coste por trabajador de la empresa, quitarle un 20% y ofrecer esa cantidad a alguien que es autónomo. Al fin y al cabo se acogerá a la tarifa plana y se ahorrará una parte de las cotizaciones, a muchas empresas les parece justo que ellos también se puedan ahorrar una parte.

Pero no solo se trata del sueldo, sino de estar sujeto a la organización de la empresa, que dice a los empleados autónomos cuándo tienen que trabajar, dónde tienen que trabajar, etc. La tan manida libertad del trabajador por cuenta propia desaparece. No solo tienes el mismo jefe que los demás, sino que además en muchos casos exige más a este autónomo porque sabe que tiene menos derechos laborales.

Y lo peor de todo es que muchas empresas justifican este tipo de contrataciones con el manido argumento de que de otra forma no pueden competir. El problema es que es una práctica que no se sanciona. En el peor de los casos se exige a las empresas las cotizaciones de estos trabajadores que deberían tener en el régimen general, es decir, que si les sancionan pagan lo que les tocaba en un principio. Si además les exigieran un porcentaje en concepto de multa por irregularidades, la cosa cambiaría.

Imagen | Jai79

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