La cara oculta del comercio online, muchos comercios tradicionales acaban por cerrar

La cara oculta del comercio online, muchos comercios tradicionales acaban por cerrar
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El comercio online ha supuesto una revolución en muchos sentidos. Hoy en día tenemos a golpe de un clic un inmenso catálogo de productos que podemos recibir cómodamente en nuestra casa. Pero esto supone que dejamos de comprar ese mismo producto en una tienda cercana. Y muchos comercios tradicionales acaban por cerrar.

Los datos del empleo autónomo en el sector del comercio son significativos. En lo que va de año se han perdido casi 7.500 autónomos en dicho sector, casi 11.000 en la comparativa interanual. Las asociaciones de autónomos cifran en 15.000 los pequeños comercios que han podido cerrar en el último año.

Cambios en las tendencias de consumo

El pequeño comercio ve como su cliente tradicional ha dejado de comprar. Muchos se mantienen gracias a que su segmento es un público mayor, que no está tan habituado a comprar por Internet, todavía desconfía o prefiere tocar el producto antes de comprarlo. Pero este tipo de cliente cada vez escasea más.

Muchos comercios apuestan por darse de alta como puntos de recogida de productos que compran online, de manera que el cliente puede ir a buscar lo que compró en otro lugar aprovechando el extenso horario del comercio tradicional. Esto implica una pequeña comisión y una inversión muchas veces en publicidad para ser más conocidos.

En otros casos el enemigo no es Internet, sino las grandes superficies y franquicias de toda la vida y su influencia en los gobiernos para tener horarios extendidos, más días festivos de apertura, etc. Es algo muy complicado para tratar de competir, puesto que el autónomo que tiene un comercio muchas veces está solo o como mucho se puede permitir un número pequeño de empleados. Más horas de apertura implica más empleados y lo que facturan en esos días muchas veces no da para pagar ese salario.

Por último hay que luchar también contra un relevo generacional que en un negocio familiar nunca es fácil. Por un lado porque no todos quieren seguir los pasos de sus progenitores, porque muchas veces las ideas nuevas que traen los más jóvenes chocan con la oposición de sus padres o porque el relevo pasa por un traspaso que muchas veces no se concreta.

Más allá del impacto en el empleo, en las ciudades nos quedamos sin comercio singular, solo grandes franquicias que no se distinguen de un sitio a otro. Y furgonetas de reparto tratando de entregar paquetes en todos lados, trabajos, domicilios particulares y hasta esos comercios tradicionales que resisten.

Imagen | StockSnap

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