Cuando un autónomo o un profesional comienzan su andadura pueden cometer el error de no valorar adecuadamente su trabajo, hasta el punto de trabajar gratis para lograr captar una base de clientes lo suficientemente amplia. De esta forma se entra en un círculo vicioso complicado de romper. Nosotros no valoramos nuestro trabajo y bajamos precios para captar nuevos clientes que nunca llegan a conocer el valor real de lo que nos han encargado.
Lo ideal es tener un contrato por proyecto donde todas las horas que se dedican, los trabajos que se van a desarrollar, materiales, desplazamientos, etc. absolutamente todo esté detallado y valorado. Luego a la hora de negociar podremos aplicar los descuentos oportunos, para ajustar el precio y captar al cliente, pero en todo caso queda muy claro que ya estamos haciendo un gran esfuerzo para ajustar el presupuesto de este proyecto.
Porque hay clientes que no paran de pedir, más y más sobre lo que ya tienen o lo que hemos hecho. Podemos hacer un ejercicio de empatía y ponernos en lugar de los clientes, que han pagado un coste importante para ellos y lo quieren todo. Lo que tenemos que dejar absolutamente claro es que si quieren un buen trabajo, el precio es el que fijamos en el presupuesto, que ya tiene un descuento sustancial. Si quieren más cambios, más trabajo, mantenimiento extra, o cualquier cosa no presupuestada tiene un coste. Si nos dedicamos a un único cliente será complicado sacar un salario digno a final de mes.
Es normal ajustar el precio cuando comenzamos para captar clientes. Por hacer una analogía con los cupones descuento tipo "Groupon", se busca que los clientes nos conozcan y nos recomienden a otras empresas. Por eso se trabaja en muchos casos prácticamente sin beneficio, aunque lo cierto es que luego estos clientes que no saben valorar nuestro trabajo, los clientes que nos pueden traer serán otros que tengan exigencias similares.
Lo que tenemos que tener claro es cuál es el precio medio de nuestro sector. En todos los sectores hay mucho pirata, que baja los precios, trabaja en B sin estar dado de alta y de forma semiprofesional. Pero no podemos fijarnos en ellos, sino en otras empresas similares a la nuestra. Lo mismo que un chiringuito de playa no debe fijar sus precios en referencia a alguien que vende bebidas paseando por la playa con un cubo con hielo, un diseñador web no debe hacerlo respecto al precio de un estudiante que hace una página en WordPress.
Por último tenemos que tener en cuenta dos cuestiones que nos interesa aprender desde el principio. Hay que trabajar con un fondo de contingencia en cada proyecto, porque un porcentaje de tus clientes no te pagarán. A la vez tenemos que aprender a decir no, porque de otra manera nos convertimos en esclavos de nuestros proyectos y clientes, dedicando horas y horas según ellos pueden ir cambiando de opinión.
En Pymes y Autónomos | ¿Sabes calcular el precio por hora de tu trabajo?
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