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Las pymes tienen solo dos meses para adaptarse al sistema Verifactu. Los autónomos, un poco más.

Las Pymes Tienen Solo Dos Meses Para Adaptarse Al Sistema Verifactu Los Autonomos Un Poco Mas
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Javier Ruiz

La cuenta atrás ha comenzado. La Agencia Tributaria implantará el nuevo sistema Verifactu en apenas dos meses, una normativa que, en la práctica, obliga a las empresas a usar programas de facturación certificados a partir del 1 de enero de 2026.

Los autónomos dispondrán de algo más de margen, hasta el 1 de julio, pudiendo además utilizar herramientas que la Administración ha preparado; sin embargo, ya se avisó de que existe riesgo de que sean poco eficientes más allá de un uso puntual. Además, el sector alerta de que miles de negocios aún no están preparados para el cambio.

La medida forma parte del Reglamento de Sistemas y Programas de Facturación (RSPF), aprobado por el Real Decreto 1007/2023, cuyo objetivo es garantizar la integridad y trazabilidad de las facturas. Cada operación deberá generar un registro con un código QR y una firma criptográfica, que impida modificar los datos sin dejar rastro.

Verifactu, para pymes y autónomos

Lo que está claro es que el sistema Verifactu afectará a todas las empresas y profesionales que emitan facturas, tanto electrónicas como en papel, obligando a usar un software para generarlas.

De este modo, a partir del próximo año (2026), solo podrán utilizarse programas homologados por la Agencia Tributaria, capaces de mantener un registro inalterable de cada factura y —si el usuario lo desea— enviarlo automáticamente al sistema de la AEAT.

Las primeras en verse obligadas serán las sociedades mercantiles y pymes que tributan por el Impuesto de Sociedades (enero de 2026), seguidas por los autónomos que declaran por IRPF (julio de 2026).

Miles de pymes aún no se han adaptado

Según portales especializados como Wolters Kluwer o Anfix, más de la mitad de las pymes aún no han actualizado sus sistemas de facturación o desconocen los requisitos técnicos.

La prensa digital va más lejos, considerando que el 60 % de pymes y profesionales todavía no se ha preparado y el 40 % desconoce que deba hacerlo todavía, según La Razón. Esto preocupa, pues no es un cambio menor, sino que implica sustituir programas antiguos, revisar la contabilidad y formar al personal para evitar sanciones.

En el caso de las pymes, además, quedan escasos dos meses para la entrada en vigor, lo que deja unos márgenes muy ajustados para seguir las recomendaciones de los expertos, que apuntan a la necesidad de contactar con su proveedor de software o asesoría para verificar la compatibilidad, solicitar la actualización o migrar a un programa Verifactu y, sobre todo, hacer pruebas antes de enero para evitar incidencias en plena campaña fiscal.

Mientras tanto, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) ha pedido al Gobierno posponer la entrada en vigor del sistema hasta 2027, alegando que las pequeñas empresas y autónomos “no disponen de los medios técnicos ni económicos para adaptarse en tan poco tiempo”.

Su presidente, Lorenzo Amor, reclamó públicamente un año más de margen y recordó que “la facturación electrónica no será obligatoria para autónomos y pymes hasta 2028”, por lo que resulta incoherente exigir la implantación del Verifactu antes. El dirigente también advirtió de que “la Agencia Tributaria aún no ha publicado el Real Decreto definitivo que regula todos los detalles técnicos.

Por su parte, Hacienda mantiene el calendario fijado, y ya ha comenzado a enviar comunicaciones electrónicas a las empresas que deberán cumplir los nuevos requisitos a partir de enero.

Qué sanciones se prevén

La Agencia Tributaria podrá sancionar con hasta 50.000 € a los negocios que manipulen sus registros o emitan facturas con software no homologado.
Además, se prevé un régimen de sanciones menores (de 1.000 a 10.000 €) para quienes no garanticen la integridad o trazabilidad de los registros.

Si bien la norma tiene como finalidad prevenir el fraude fiscal, los expertos advierten de que la aplicación sin una transición adecuada podría suponer un coste añadido para miles de microempresas que aún trabajan con programas antiguos o facturación manual.

El cambio es inevitable, pero el margen es demasiado limitado según algunos analistas. El sistema Verifactu marca un nuevo paso hacia la digitalización completa de la empresa española, pero su implantación acelerada ha generado inquietud en el colectivo autónomo.

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