Con los cambios aplicados por la reforma laboral de la actual legislatura, las 37,5 horas de trabajo semanal pueden ser un puente hacia la semana laboral de 4 días. Por ahora, sabemos que, tras cuatro años de prueba piloto, a Islandia le ha funcionado a las mil maravillas.
Igual que está ocurriendo en nuestro país, Islandia empezó por acortar su jornada laboral hasta las 36 horas y, a posteriori, realizó un ensayo con el 1 % de su población activa en 2019. A partir de entonces, casi el 90 % de los trabajadores trabajan menos horas o tienen derecho a acortar su semana laboral. Los miedos sobre productividad o desorganización, parecían infundados: el país sigue creciendo, y lo hace entre las principales economías europeas.
En 4 días, estará en media Europa
En The Guardian, María Hjálmtýsdóttir, profesora de una escuela secundaria de Kópavogur, en Islandia, explicaba cómo había cambiado su vida y la de su familia a mejor. Apuntaba, además, a los ensayos que están iniciando otros países, como Alemania, Portugal, España y el Reino Unido, con proyectos de reducción de jornada similares, pero ¿podemos mantenernos optimistas según el modelo islandés? Lo cierto es que sí.
La tasa de crecimiento de Islandia se encuentra entre las más altas de Europa, demostrando que reducir la jornada no es incompatible con que las economías sigan creciendo. Además, se han señalado menores niveles de estrés, mayor satisfacción laboral y un aumento de la productividad.
El cambio de hábitos laborales incluso ha traído ventajas añadidas, aunque puntuales, como la reducción del tráfico en horas punta de los viernes, cuando las principales vías de Reikiavik se saturaban. Ahora, es más fácl y agradable moverse por la capital.
De igual modo, según informa el equipo de Xataka, y hemos podido cotejar en varios medios de prensa y fuentes oficiales, las pruebas piloto de la semana laboral de 4 días que se hicieron en Valencia o el apoyo mayoritario de la generación Z alemana demuestran que acortar los días de trabajo por semana está llegando para quedarse.
El secreto: reducir, y optimizar
En algunos casos, ya hace un tiempo que los estudios que nos llegan a los medios van un poco más allá: "trabajar cuatro días en lugar de cinco, no cambia nada", se empieza a defender. Cada vez, con más datos en la mano, todo parece indicar que las sociedades europeas requieren de un cambio de mentalidad laboral.
El secreto, sin embargo, según la mayoría de los ensayos realizados hasta la fecha, no parece estar tanto en reducir un día como en reorganizar el trabajo para que la semana laboral sea más productiva. Esta optimización de los turnos parece, según la organización del 4 Day Week.
Por descontado, no todos los trabajos pueden acogerse de igual forma. Los datos que nos llegan de Islandia, tanto cuantitativos como cualitativos, nos dejan ver cómo la reducción de la jornada puede tener mayores dificultades para algunos perfiles (los trabajos cara al público, comerciales o de oficina, por ejemplo, pueden ser tres ejemplos evidentes).
Sin embargo, en cuatro años y con voluntad política, el cambio ha sido total en nuestros vecinos del norte, y todo indica, según lo que hemos visto que vamos hacia el mismo modelo.