Convenios colectivos por cumplir en medio de la crisis

Convenios colectivos por cumplir en medio de la crisis
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Una de las cuestiones que las empresas reclaman para facilitar el empleo es la flexibilidad laboral. Y con la última reforma laboral se decidió acabar con varias cuestiones que tienen que ver con los convenios colectivos como fuente de conflicto entre empresa y trabajadores. Los convenios colectivos por cumplir en medio de la crisis son un reto y un ejemplo en la negociación colectiva.

Por eso no debería haber tanta polémica respecto a la vuelta a la ultraactividad o la prevalencia del convenio colectivo sectorial sobre el de empresa. Son dos de los aspectos de los que más se quejaban las empresas, ya que en momentos de dificultad implicaban un mayor desembolso, incluso aunque hubiera acuerdo con los empleados para que así fuera.

El ejemplo claro es el convenio de hostelería de las Islas Baleares. En un entorno turístico, este convenio afecta a una gran cantidad de empresas y trabajadores. En un momento de crecimiento económico se acordaron subidas muy importantes. Pero a la hora de la verdad y llegado 2020 con una situación sin precedentes se acordó no aplicarlo. Y parece que este año, al menos de momento, tampoco se aplicarán las subidas comprometidas.

Se entiende que muchas empresas están pasando por malos momentos económicos y no están precisamente para subir los salarios. A pesar de lo que supone para ellos que están en ERTE, que van a recibir menos dinero o que si se van al paro tendrán una prestación más baja.

Algo parecido a lo que ha pasado con la negociación a nivel estatal de la subida del SMI, que ha quedado en suspenso esperando a que empiece la recuperación económica de una forma más sólida. Sin embargo en otros países donde la crisis también ha golpeado muy fuerte, como Reino Unido, no ha ocurrido igual y acuerdan subidas del 2% del SMI. Una tendencia similar ocurre en el resto de Europa.

Ceder y ser flexibles a la hora de aplicar un convenio firmado es una alternativa. Exigir a empleados que ocupen sus puestos de trabajo sin sacarles del ERTE, que trabajen más horas o hagan extras sin remunerar para ayudar a salvar la empresa, algo que es mucho más frecuente de lo que parece, un abuso.

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