Si nos hemos ganado a pulso la etiqueta "el que siempre llega tarde" no es para tomarlo a broma ni pensar que es algo genético. La impuntualidad es un hábito adquirido y no un rasgo de nuestra personalidad que nos muestres especialmente atractivos al resto.
En el mundo de la empresa, la impuntualidad es sinónimo de desorganización, de falta de integridad, disciplina, irresponsabilidad, de poca profesionalidad, etc. En la esfera personal, se nos verá como una persona con falta de interés, perezosa e irrespetuosa.