Encontrar trabajo ya es un motivo de celebración. Trabajar en lo que te gusta, un milagro. Que el salario emocional y el económico estén equilibrados, un lujo. ¿Qué planetas tiene que alinearse para que seamos felices en un trabajo?
No se trata de ningún fenómeno paranormal, en ocasiones basta con tropezar con una persona que además de ser tu jefe, no haya olvidado que antes de serlo, fue también un trabajador. No es fácil gestionar el poder y uno puede sentirse por encima del bien y del mal sin ser el dueño de una multinacional.
La empatía como forma de dirigir a un equipo
Eres nuevo, y quizás no vayas a trabajar con tus compañeros porque ya sabemos que cada vez más, muchos trabajos se realizan desde casa. En principio, puede parecer un problema. ¿Cómo será la comunicación con un jefe y los compañeros si ellos trabajan juntos?
Sencillo. Para empezar, no es obligatorio hablar siempre a través de la red, y si quien coordina ha estado en tu lugar, procurará que estés al tanto de las novedades para que te sientas uno más.
La felicidad está en la escucha activa
No hay malos ni buenos jefes, hay buenas y malas personas que no saben dirigir un equipo con el fin de producir más y mejor. Los buenos, serían aquellos que o bien por el tamaño de la empresa o bien por su personalidad, procuran saber quiénes son sus empleados. Una locura ¿verdad?
Son personas inteligentes, porque saben que aquello de: "Ya vendrá otro en tu lugar" no es siempre la solución. Porque puede que el empleado que ya tienen, sea el adecuado pero quizás pase una mala racha personal.
Una conversación logra no sólo que un empleado, un colaborador se valorado, además trabajará más y mejor. Los buenos jefes y las jefas extraordinarias, no los jefes perfectos porque no existen, son estos: los que escuchan y dan una oportunidad. ¿Por el bien de la empresa...? No, porque de vez en cuando se producen encuentros laborales que rozan la perfección.
En Pymes y Autónomos|Los empleos más felices de 2017 no son los que tienen salarios más altos
Imagen|PaulLeng