Aumentar la base de cotización, la gran duda de los autónomos que pone en jaque nuestra jubilación futura

Aumentar la base de cotización, la gran duda de los autónomos que pone en jaque nuestra jubilación futura
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La aprobación de la ley de autónomos permitía a los trabajadores por cuenta propia modificar la base de cotización hasta cuatro veces al año, frente a las dos que estaban vigentes hasta el año pasado. Una medida que tenía como intención adaptarse a la temporalidad y fluctuaciones de muchos negocios, permitiendo a los emprendedores aumentarla cuando la situación lo permitiera y reducirla cuando la situación no fuese tan buena.

Esta flexibilidad debería también notarse en las coberturas y prestaciones futuras a que tendría derecho cualquier trabajador. La mayoría de autónomos cotizan por la base mínima, lo que tiene repercusión no solo en su jubilación futura, sino también en el resto de coberturas, como la incapacidad temporal, el cese de actividad e incluso la pensión de viuedad.

¿Y si me ahorrase una base de cotización más alta?

Ahora bien, ¿merece la pena aumentar nuestra base de cotización? Evidentemente, no existe una respuesta única a esta pregunta, pues todo depende de cuál sea nuestra renta disponible y, por supuesto, de nuestra capacidad de ahorro. Mayores ingresos deberían estar relacionadas con una mayor base de cotización, tal y como ocurre en el Régimen General, pero la posibilidad de elección de esta base permite que los autónomos puedan optar por otros instrumentos para garantizarse su jubilación de manera individual.

En la práctica, la posibilidad de elegir una base de cotización más baja y, por consiguiente, ahorrarnos buena parte de la cuota a la Seguridad Social es toda una perita en dulce. No en vano, la inmensa mayoría de los autónomos cotizan por esta base mínima, lo que les permite un ahorro significativo pero, al mismo tiempo, supone un riesgo para cualquier trabajador.

Planes de pensiones, las alternativas de ahorro para nuestra jubilación

Este es el caso de, por ejemplo, los planes de pensiones. Lo que nos ahorremos con una base de cotización mínima podremos destinarlo a aportaciones a este instrumento de ahorro para nuestra juilación que, a largo plazo, sirvan para obtener una pensión mayor y, de paso, ahorrarnos un dinero en nuestra declaración de la renta, pues todas las aportaciones hasta 8000 € o el 30% de nuestros ingresos son deducibles.

Ahora bien, los planes de pensiones cuentan con un doble inconveniente. Por un lado, son productos bastante ilíquidos que solo permiten el rescate bajo determinados supuestos muy restrictivos, aunque desde hace poco tiempo se permite el rescate de las aportaciones a los 10 años. Esto hace que, en caso de que tengamos necesidades de liquidez por una situación de incapacidad temporal, no podamos disfrutar de nuestros ahorros.

Por otro lado, el rescate del plan de pensiones tiene una tributación bastante desfavorable, especialmente si lo comparamos con otros instrumentos como los fondos de inversión. La totalidad de derechos consolidados (aportaciones más rentabilidad) tienen que tributar al tipo general en el IRPF, lo cual penaliza bastante esta posibilidad.

La cuota de la Seguridad Social, la cobertura que garantiza nuestra viabilidad

Hay que entender que las coberturas que garantiza la Seguridad Social por el pago de una cuota mensual son sustituibles individualmente por seguros u otros instrumentos, pero rara vez todas ellas son garantizadas por un único instrumento que, en cualquier caso, puede resultar más caro.

En cualquier caso, en la actualidad, la mayoría de autónomos no eligen la base mínima porque puedan ahorrarse algo de dinero, sino más bien por necesidad. Bastante tienen con tener que pagar una cuota a la Seguridad Social que, en ocasiones, provoca verdaderas situaciones problemáticas para su supervivencia como para encima tener que pensar en ahorrar todavía más.

En Pymes y Autónomos | Si los autónomos quieren más pensión, tendrán que pagar más

Imagen | PaelmerPhotoArts

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