Qué es la fatiga visual, cómo influye en tu productividad y cómo prevenirla

Qué es la fatiga visual, cómo influye en tu productividad y cómo prevenirla
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Cuando pasamos muchas horas delante de una pantalla trabajando se puede producir lo que se conoce como fatiga visual. En nuestro trabajo diario recibimos un sinnúmero de estímulos que obligan a los ojos a realizar enfoques continuados, o bien a llevar a cabo continuos cambios de enfoque cerca-lejos. Para enfocar los objetos que se encuentran a corta distancia, los ojos llevan a cabo un esfuerzo conocido como reflejo acomodativo. Es este reflejo acomodativo continuado prolongado a lo largo del tiempo lo que provoca la fatiga visual, una serie de molestias que acaban por mermar nuestra capacidad para enfocar adecuadamente.

Estas molestias influyen de forma directa también en nuestra capacidad de concentración en la tarea que estamos realizando. Porque además de las molestias oculares como picor de ojos, arenilla, sequedad o lagrimeo, pueden provocar dolor de cabeza, dificultades para enfocar o sensación de congestión.

¿Qué provoca la fatiga visual?

Ya hemos visto que ese reflejo acomodaticio prolongado es el responsable de la fatiga visual, pero ¿qué lo provoca?

  • Una luz inadecuada, ya sea por escasa o por exceso puesto que en ambos casos están obligando a nuestros ojos a realizar un esfuerzo constante para enfocar de forma correcta.
  • Cambios de enfoque constantes, por ejemplo, en una recepción de la empresa, donde la vista pasa de forma constante del ordenador a la persona que entra, pero también cuando se conduce, al pasar el enfoque del cuentakilómetros a la carretera constantemente.
  • Pasar mucho tiempo utilizando la visión próxima, como puede ser la pantalla de un ordenador, pero también leer o labores de precisión como puede ser un joyero o relojero.

¿Cómo podemos prevenir la fatiga visual?

La prevención es la parte más importante, ya que sin darnos cuenta podemos estar durante unas horas trabajando bien pero en poco tiempo empezar a notar las molestias a media que avanza la mañana. Lo ideal es:

  • Tener una luz adecuada, es uno de los aspectos más importantes. A medida que disminuye la luz con la que trabajamos o si tenemos una luz muy brillante nos molesta con más facilidad y el esfuerzo ocular es mayor.
  • Evitar pantallas con reflejos, que obligan a un sobreesfuerzo del ojo. Esto es especialmente importante si trabajamos con luz directa del sol, tanto en interiores, como sobre todo en exteriores. Si crees que puedes teletrabajar en la terraza de tu casa de verano, cuando lleves unas cuantas horas notarás la fatiga a no ser que tengas un portátil pensado para trabajar en exteriores.
  • Establecer descansos periódicos para relajar los ojos. Esto está reflejado en muchos convenios colectivos con pausas cada hora de unos cinco minutos. Pero cuidado, que el objetivo de la pausa es descansar la vista, no basta con levantarse dejar la pantalla del ordenador y pasar a la pantalla del móvil. El ejercicio tiene que ser pasar a vista lejana, mirando por la ventana, saliendo al exterior a por un café, etc. no pasar de una pantalla a otra.

Lo cierto que la fatiga visual es uno de estos pequeños factores que contribuyen a que nuestro rendimiento disminuya a medida que va pasando la jornada. Incide de forma notable en nuestra capacidad de concentración. Levantarse de la silla, salir y dar un paseo, hacer una pausa si vamos conduciendo es lo más recomendable para poder volver y recuperar concentración.

Si sabemos gestionarlo bien, un pequeño descanso nos puede ayudar a que el resto de la hora podamos acabar nuestras tareas de forma mucho más ágil. Y sobre todo llegar al final del día mucho más relajados mentalmente, lo que ayuda a poder trabajar bien el resto de la semana.

Imagen | ThisIsEngineering en Pexels

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