Javier Ruiz
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha decidido revisar por la vía rápida la legalidad de los aranceles globales que Donald Trump impuso bajo la International Emergency Economic Powers Act (IEEPA).
La decisión llega después de que el Tribunal de Apelaciones (Federal Circuit) declarase ilegales esas tarifas generalizadas en el caso V.O.S. Selections Inc. v. Trump. Para las pymes exportadoras españolas, el fallo marcará la diferencia entre un escenario de aranceles “a la carta” y otro en el que se mantenga el cauce legal tradicional en materia comercial.
Qué está realmente en juego
Si el Supremo da la razón al presidente estadounidense, se abriría la puerta a aranceles amplios y rápidos sin necesidad de pasar por el Congreso.
En el caso español y europeo, esto podría traducirse en un riesgo regulatorio elevado en sectores sensibles como el agroalimentario (vino, aceite, aceitunas, quesos), el textil, la cerámica o el acero, donde buena parte de las exportaciones dependen de los márgenes reducidos de las pymes.
Por el contrario, si el Supremo confirma que el uso de la IEEPA fue ilegal, una parte importante de estos aranceles caerían, aunque podrían mantenerse temporalmente si se aprueban medidas cautelares mientras se dicta sentencia.
Lo que no cambia (y por qué importa)
Conviene aclarar que el litigio no afecta a otros marcos legales ya usados por EE. UU., como la Sección 232 (seguridad nacional) o la Sección 301 (prácticas comerciales desleales).
Esto quiere decir que, incluso si el Supremo limita la IEEPA, la Casa Blanca seguiría teniendo herramientas para imponer gravámenes a productos europeos o chinos. Dicho de otro modo: el riesgo arancelario no desaparece aunque caigan los aranceles de emergencia.
Por el momento, el Supremo ha fijado una vista acelerada para noviembre de 2025, algo poco habitual en el alto tribunal, lo que sugiere una clara intención de dar certidumbre al mercado. En cualquier caso, hasta que no exista sentencia, los aranceles basados en IEEPA siguen en el aire: jurídicamente podrían desaparecer, pero en la práctica continúan generando incertidumbre para quienes exportan a EE. UU.
Qué dicen los analistas
Para muchos expertos, el uso extensivo de la IEEPA para fijar tarifas desborda el equilibrio constitucional de poderes, dado que la regulación del comercio y los impuestos corresponde al Congreso.
Una parte de la doctrina pide al Supremo que acote el uso de esta ley, mientras otra advierte que una limitación excesiva podría debilitar la capacidad de respuesta de la Casa Blanca en situaciones de emergencia.
Al mismo tiempo, análisis recientes recuerdan que la recaudación arancelaria estadounidense está en máximos históricos, pero con efectos inflacionarios que pesan sobre empresas y consumidores.
Cómo se traduce para la pyme exportadora
Para una pyme española, la sentencia se traduce, principalmente, en diferentes escenarios de riesgo comercial.
El primero tiene que ver con la clasificación de ventas por mercados y posiciones arancelarias: conviene distinguir qué productos están cubiertos por IEEPA y cuáles podrían quedar sujetos a otros instrumentos como la 232 o la 301.
En segundo lugar, es clave simular el impacto en márgenes: calcular qué supone un arancel adicional del 5 %, 10 % o 25 % en cada línea de producto permite anticipar ajustes de precio o renegociar contratos.
También es recomendable revisar contratos con clientes estadounidenses para identificar cláusulas sobre cambios regulatorios y definir quién asume el coste de un arancel.
Por descontado, otra vía pasa por diversificar mercados hacia destinos como Canadá, México, Reino Unido o la EFTA, reduciendo así la dependencia del mercado estadounidense. Sin embargo, esto no siempre es sencillo ni viable.
Finalmente, mantener un canal activo con ICEX, Cámaras de Comercio y asociaciones sectoriales ayuda a acceder a información sobre licencias, exclusiones o contingentes que podrían suavizar el impacto.
Escenarios probables tras la sentencia
El primer escenario es que el Supremo limite el uso de IEEPA y confirme la decisión del Federal Circuit: en ese caso, los aranceles basados en esa ley caerían, pero seguirían vigentes los amparados en la Sección 232 o 301.
Un segundo escenario es que el Supremo avale la IEEPA, lo que consolidaría la capacidad presidencial de fijar aranceles amplios sin Congreso y aumentaría la volatilidad para los exportadores. Asimismo, existe la posibilidad de un tercer marco, que sería un fallo parcial, con el caso devuelto a instancias inferiores, lo que alargaría la incertidumbre varios meses más.
En cualquier caso, y pese a que el fallo aún tardará semanas, los analistas coinciden en que los aranceles ya afectan a precios y demanda. Estados Unidos recauda como nunca, pero la factura se traslada a empresas y consumidores. Para las pymes exportadoras españolas, esperar a ver qué decide el Supremo puede ser un error: anticipar escenarios, ajustar precios y diversificar clientes es la única manera de proteger la caja en un contexto de máxima incertidumbre.
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