
Hoy, el acceso a una vivienda en España es un reto considerable, debido al alza en los precios y a las condiciones actuales del mercado inmobiliario. La turistificación, la inversión extranjera y los vacíos legales en la legislación han hecho que muchos pequeños inversores hayan comenzado a buscar alternativas más accesibles.
En este marco, las plazas de garaje parecen haber aparecido como una opción atractiva y más accesible: un activo con una barrera de entrada baja, costes reducidos y una rentabilidad que, en porcentaje, puede superar la de la vivienda tradicional.
Se alquila plaza
Estos últimos días, la prensa española ha hablado, sin parar, de las bondades de invertir en una plaza de aparcamiento. Algo que, a todas luces, ya está ocurriendo, debido a las dificultades de estacionamiento del vehículo privado en las ciudades y la necesidad de encontrar opciones atractivas con una rentabilidad creciente al margen del alquiler de vivienda.
Pero ¿por qué los garajes parecen una inversión estable? Según El Economista, cuyo editorial marcaba subidas de hasta el 37 % y un 10,2 % en el último año, a nivel estatal, está intrínsecamente ligado a la compra de vivienda, así como a su precio.
La revalorización de los aparcamientos está relacionada con el aumento de la demanda de pisos, pero también por el crecimiento del parque automovilístico, la falta de oferta y, como suele ocurrir en estos nichos del mercado, el interés del pequeño inversor.
A diferencia de una vivienda, la compra de una plaza de garaje requiere de una inversión significativamente menor (bajo coste de entrada) y un mantenimiento escaso: no hay reformas, ni inquilinos problemáticos ni posibilidad de que un arrendatario mezquino te destroce la casa.
Su rentabilidad, además, se mueve alrededor del 7 % anual del valor: una cifra similar al alquiler de vivienda (en 2024, 6,7 %), con un riesgo y una inversión notablemente menor, y una alta demanda en zonas urbanas donde el aparcamiento en la vía pública es escaso o está restringido.
En ciudad, escasez y demanda
El precio de las plazas de garaje ha aumentado significativamente en los últimos años. En 2024, el coste medio se incrementó un 10,2 %, alcanzando los 13.770 euros de media.
Entre los factores clave que explican esta tendencia se encuentran:
- Crecimiento del parque automovilístico, pues a pesar del impulso a la movilidad sostenible, el número de vehículos particulares sigue aumentando, lo que genera una mayor demanda de aparcamiento
- Se ha restringido el aparcamiento en superficie, y cada vez más ayuntamientos limitan el estacionamiento gratuito en las calles, incentivando la contratación de plazas privadas u otras alternativas de movilidad.
- Ha crecido el interés de pequeños inversores, que han visto en las plazas de garaje un refugio frente a la inflación, lo que ha reducido la oferta disponible y empujado los precios al alza.
Según datos de Fotocasa, el País Vasco tiene las plazas más caras de toda España (de lejos: más de 21.000 euros), razón por la cual apenas ha sufrido, mientras que Baleares ha crecido por encima del 11 % (de los 16.817 a los 18.683 por plaza) y regiones como Castilla-La Mancha o Murcia han aumentado los precios entre un 20 y un 34 %.
La fiscalidad favorable, la menor regulación legal (su alquiler no queda regulado por la LAU) y las perspectivas de aumento de coches eléctricos están favoreciendo este auge.
En cambio, hay cambios legislativos que sí están favoreciendo las plazas de aparcamiento privadas, como señaló María Matos, de Fotocasa: el acceso a vehículos a las zonas de bajas emisiones o espacios concretos para residentes en las ciudades, algo que estará más y más presente en la próxima década, si atendemos a la Agenda 2030.
Más allá del aumento de los costes, para quien necesite espacio para su vehículo (sobre todo, en ciudad), la otra cara de la moneda, aquella que analizaría en detalle un inversor, es tener presente el mercado local (la demanda y escasez de aparcamiento), los impuestos y gastos de comunidad y el cálculo de rentabilidad (el retorno de la inversión frente a otras opciones inmobiliarias).
Pese a todo, la inversión en este activo inmobiliario no es algo rompedor, ni novedoso (quizá sea el camino más rápido para convertirse en rentista, eso sí), pero justo por ello es quizá una de las primeras opciones para aquellos que buscan activos seguros y rentables. Y las cifras, así lo demuestran.