¿Qué necesito para hacer más ergonómico mi puesto de trabajo y ahorrar mucho dinero en bajas laborales?
Consejos prácticos

¿Qué necesito para hacer más ergonómico mi puesto de trabajo y ahorrar mucho dinero en bajas laborales?

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Muchas de las rutinas que ejecutamos en nuestros puestos de trabajo en el día a día son muy repetitivas y con el paso del tiempo, si lo hacemos de forma incorrecta, pueden acabar generando un problema de salud laboral y, en el peor de los casos una baja. Por eso, lo mejor es prevenir, algo que puede ahorrar mucho dinero en bajas laborales mejorando la ergonomía del puesto de trabajo.

No hablamos de los elementos más obvios como pueden ser la silla o la mesa de trabajo, sino de pequeños detalles a los que generalmente no se les presta la atención debida, pero que impactan de lleno en la salud laboral de alguien que está trabajando muchas horas al mes delante de un ordenador.

Cómo mejorar la ergonomía de tu puesto de trabajo informático

Nos vamos a centrar en tres elementos claves, la pantalla, el teclado y el ratón, tanto en equipos de sobremesa como en portátiles. En el caso de los segundos son generalmente bastante incómodos si tenemos que pasar largas jornadas de trabajo continuado delante de ellos.

Empecemos por la pantalla, ya que es habitual que en la mayoría de los casos se den dos problemas básicos, no está a la distancia correcta de la línea visual o si no tiene pie regulable no está a la altura adecuada. Esto nos obliga a forzar ligeramente el cuello para dirigir nuestra mirada hacia abajo, algo que se acentúa mucho más en el caso de equipos portátiles.

Como mejorar la ergonomía cuando trabajamos con pantallas

El problema es que tras meses de trabajo puede generar problemas cervicales, que luego tienen difícil solución. En primer lugar porque muchas veces son complicados de detectar y no tenemos claro por dónde nos viene el problema.

Lo ideal es que los ojos queden a la altura de la parte superior de la pantalla. Los monitores que tienen un pie regulable en altura es fácil conseguirlo. Con los más económicos hay que recurrir a elementos externos, lo más socorrido el paquete de folios o pies o soportes que nos ayuden a elevar el monitor sin perder espacio.

La distancia a la que deben estar los monitores no debe superar los 70 centrímetros, algo que ya viene determinado por el ancho de la mesa que utilizamos, pero que en el caso de trabajar desde casa se puede superar con creces dependiendo de dónde nos podemos ubicar.

Para el caso de los portátiles existen dos soluciones, la primera pasa por conectar un monitor externo y seguir las mismas pautas que un equipo de sobremesa. La segunda por utilizar un soporte que nos coloca el portátil casi en posición vertical, para que la pantalla quede a la altura correcta pero nos obligaría a tener un teclado y ratón externos.

Teclado y ratón, los grandes olvidados

Si somos de los que estamos picando tecla de forma intensiva o tenemos el ratón que no paramos de hacer clic constantemente, estos movimientos repetitivos si no tenemos los periféricos adecuados pueden devenir en problemas en las muñecas.

No es raro que se encapsule líquido en la zona de la muñeca, generando un bulto que no es doloroso, pero si muy incómodo y que solo se soluciona con una operación de por medio.

Y como en el caso de las cervicales al ser movimientos repetitivos y diarios es muy difícil que mejoren a no ser que se cambien hábitos o rutinas. O los propios periféricos para obligarnos a cambiar de postura. En el caso de que los problemas se deriven del uso del ratón, podemos apostar por un ratón vertical, que cambia la forma de manejo y posición de la muñeca.

Tiene una pequeña curva de aprendizaje, ya que es completamente distinto a lo que estamos acostumbrados, pero mejora  de forma radical la dolencia de la muñeca atribuida al ratón. Para que nos hagamos una idea, la postura que adoptamos para utilizar el ratón sería similar a cuando estrechamos la mano de alguien.

En el caso del teclado existen una gran cantidad de teclados que nos ayudan a corregir la postura. La tendencia en los últimos años es utilizar teclados muy planos, con muy poco recorrido de tecla, pero que a nivel postural son todo un calvario.

Lo ideal es buscar un teclado un poco más clásico, a poder ser con reposamuñecas, con un buen recorrido de tecla y que nos permita escribir de forma cómoda. Siempre podemos encontrar almohadillas reposamuñecas externas que nos ayuden a mejorar la posición mientras escribimos.

Si ya hablamos de personas que están picando teclas constantemente lo ideal es apostar por teclados ergonómicos, que suelen tener una forma de onda en el centro para adaptarse a nuestras manos. Como en el caso del ratón existe una pequeña curva de aprendizaje, y puede que algunos incluso no lleguen a adaptarse del todo.

Lo cierto es que tras años utilizando todo tipo de periféricos me he dado cuenta que cada euro invertido en uno de calidad lo he rentabilizado con creces. No merece la pena ahorrar unos pocos euros y luego tener a una persona de baja unos días al año por este tipo de problemas, que además son recurrentes y de difícil solución una vez que aparecen.

Imagen | khamkhor en Pixaday

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