Menos derrotismo en las empresas

Menos derrotismo en las empresas
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Durante los últimos meses, los mensajes optimistas sobre la evolución de la economía española se repiten. Ya no sólo desde las esferas de lo público, con el Gobierno a la cabeza, si no también desde organizaciones empresariales y profesionales. Todos coinciden en que el suelo tras el descalabro se ha quedado atrás y nos encontramos en un punto de inflexión.

Ayer nos comentaba el compañero Lucerito que, desde su punto de vista, nos encontramos ante signos para una mejora efectiva. Así lo creen una gran parte de los ejecutivos y directores financieros de nueve países, entre ellos España, según un estudio elaborado por la consultora Accenture. Sólo un 27% ve unas perspectivas peores para su compañía en el próximo año.

En esa encuesta, que está en la línea del índice de confianza empresarial publicado hace unas semanas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), más de la mitad de los ejecutivos prevén que sus ingresos crezcan desde el 5% hasta más allá del 10%. Mientras que el 28% espera una cierta estabilidad (que no es una minucia con lo pasado hasta ahora), un 45% ve perspectivas de crecimiento.

Pero a renglón seguido, hay un dato elocuente sobre esta situación: más de ocho de cada diez reconoce que sólo cuenta con la mitad o menos de la información necesaria para predecir los resultados de su compañía. Es decir, que la inmensa mayoría de los que confían en esos primeros rayos de luz al final del túnel lo hacen más como intuición que como certeza en base a los datos.

Salir derrotado antes de comenzar, buscando las sombras y no las luces, es un mal que se ha exacerbado en esta crisis. Pensar que todo irá mejor si se ponen las bases para ello no es, en absoluto, contraproducente. Estos datos del estudio de Accenture demuestran que las empresas quieren creer que hemos tocado fondo. Pero ahí no se debe quedar. La salida del agujero no se consigue cerrando los ojos y haciendo previsiones irreales, llenas de color.

Soy un optimista convencido pero, eso sí, proactivo. No creo en mensajes positivos pasivos, aquellos con los que se llama a aguardar a que el futuro lleno de luz nos encuentre. Por eso, celebro el cambio de filosofía entre las empresas para salir de ésta, huyendo de un victimismo y un derrotismo que no lleva a ningún lugar. Sólo espero que no se quede ahí y que este cauto optimismo no signifique sentarse a esperar que llegue sin más. Aún queda mucho por hacer.

En Pymes y Autónomos | ¿Estamos ante un 'éxtasis' del optimismo?, ¿Optimismo? Sí, pero con acción Imagen | Ogeid66

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