¿Merece la pena seguir en un puesto de trabajo donde te humillan?

¿Merece la pena seguir en un puesto de trabajo donde te humillan?
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Con la cabeza fría y viendo el panorama donde los sueldos son ridículos, y la posibilidad de encontrar un trabajo escasas, continuar en un trabajo donde se es humillado a diario, ¿es un buen motivo para salir huyendo? Dependerá del contexto de cada persona y las cargas familiares que tenga, obviamente.

Hemos llegado a un punto en el que la tiranía y la bajeza moral de algunos superiores en la empresa, roza lo intolerable. El caso de un cocinero que fue increpado por haber hecho mal una salsa y se le ordenó que pidiera perdón a la salsa, es sólo un ejemplo de hasta dónde llega el egocentrismo y la locura de algunos jefes tiranos.

Este caso, real, nos lleva a reflexionar sobre hasta dónde está un trabajador dispuesto a aguantar con tal de no perder su sueldo. En el caso que hemos narrado, la persona se marchó, pero no siempre se puede tomar esa decisión. Aunque todas las señales nos indiquen que decir adiós es lo sensato.

Hablemos claro, esa persona no es un jefe es un explotador y probablemente tenga algún problema de autoestima. El asunto no radica en qué ha de hacer el trabajador, sino en cómo afrontar la situación si no puede dejar el empleo.

Ya pueden escribir cien libros de autoayuda o impartir charlas donde te digan que eres el mejor, que vivir esta situación todos los días no hay por dónde cogerla.Es injusta, lamentable y vergonzosa.

Por desgracia, esta sociedad ha elevado a los altares a este tipo de personalidades sin ningún tipo de empatía a ostentar cargos de "importancia".

Las órdenes sin sentido que nos pueda dar un jefe con este perfil, no las debemos tomar como algo personal. Obviamente, si le escogieron para ese puesto fue porque la falta de escrúpulos es su fuerte. Lo primero es evitar sentirse culpable. Trabajar en un espacio donde quien dirige ni entiende el significado de la palabra equipo, es una pérdida de tiempo.

La diferencia entre un superior que tiene un mal día o mal carácter, estriba en que es capaz de pedir disculpas. Con este tipo de personas es mejor tomar dos caminos:

  • Huir. Si es posible marcharse de ese trabajo porque jamás van a recompensar ni el esfuerzo ni la dedicación, y además serás humillado día sí y día también, y por un sueldo, la salud se puede ir al traste.

  • Marcharse. Lo sé, las dos opciones son la misma. Pero, en ningún caso merece la pena soportar tal presión que al final acabará mermando nuestra ilusión. Ni un salario desorbitado (¿existen?) son un motivo de peso para soportar esta situación. Siempre se puede pedir un traslado dentro de la empresa o huir, quizás para cobrar menos pero para vivir más tranquilo.

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Imagen|Geralt

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