Corregir sin ofender

Corregir sin ofender
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Estar rodeado de perfección es lo que todos anhelamos y vivir en un entorno en el que el error no exista. Sin embargo, todos sufrimos cambios de humor o, simplemente, circunstancias que afectan negativamente a nuestro rendimiento.

Si esto le ocurre a nuestros empleados y su rendimiento se ve afectado y los errores se acumulan, es hora de intervenir, pero no de cualquier manera.

Cómo corregir sin ofender

  • Antecedentes

Los despites pueden ocurrir pero, si se reiteran, es cuando hay un problema. Hay que entender si es por falta de atención o por una cuestión de rebeldía porque nuestro empleado no acepta las normas de funcionamiento interno o, simplemente, discrepa de ellas. En el primero habrá que pedir más atención, en el segundo, es un foco de fricción que puede ser difícl de resolver.

  • Cuidando la comunicación

Comunicar no es gritar ni abroncar. Los cuestiones sensibles mejor tratarlas personalmente y en privado, nunca poner en evidencia a alguien en público que lo que acabaraá produciendo en nuestro desecrédito.

  • Flexibilidad

Cuando se produce un error o un conflcito debe de darse un error para corregirlo y si no se cumple tomar acciones. Importante, nunca se debe decir que se hará en caso de que no se subsane la situación, informar del desenlace puede interpretarse como una amenaza y enturbiar el ambiente de trabajo y generar otras situaciones poco deseables y recomendables.

Es importante no olvidar que las relaciones humanas se basan en la confianza y un error puntual no puede menoscabarla, por eso hay que ser selectivo y prudente a la hora de entender cuando es necesario corregir a nuestos colaboradores.

Imagen | Peter Prodoehl En Pymes y Autónomos | ¿Eres capaz de hacer equipo?

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