Videollamadas y su exceso, cuando el teletrabajo es sinónimo de perder tiempo

Videollamadas y su exceso, cuando el teletrabajo es sinónimo de perder tiempo
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Las cifras de Zoom, la plataforma de videollamadas más exitosa durante el confinamiento por la emergencia sanitaria, se ha convertido en una de las aplicaciones más utilizadas con 300 millones de participantes diarios en videollamadas. Al inicio de esta situación, las videollamadas eran asociadas a encuentros con la familia y amigos.

Sobre todo, entre personas que permanecían hospitalizadas, o para aliviar la soledad. Pero, cuando han hecho acto de presencia en el teletrabajo, las videollamadas se han convertido en una herramienta en ocasiones, más apropiada para distraer que para aportar contenido práctico que ayude al trabajador a llevar mejor su jornada laboral.

Necesitamos el contacto con nuestros compañeros y superiores. Conocer qué plan seguir semanalmente o cada quince días, pero lo que no es de recibo es estar atento a la próxima videollamada para un asunto que se puede resolver por un correo electrónico sin necesidad de agotar y hacer perder el tiempo al que teletrabaja.

El teletrabajo requiere de mucha disciplina, sobre todo si hay niños en casa. Lo que menos necesita un empleado es continuas interrupciones para reuniones 'importantes' que no dejan de ser una excusa para hablar de todo y de nada.

La videollamada no es una herramienta malévola ni positiva, como todo hay que encontrar un equilibrio a la hora de utilizarla. Quienes ya venían teletrabajando, saben que el exceso de reuniones sin un objetivo claro, lleva a que la concentración se pierda y ese compañero que con buena predisposición está aportando ideas positivas, no será escuchado, cuando al otro lado hay un empleado agotado mentalmente.

Las reuniones nunca han sido nuestro fuerte en España, ni las presenciales ni por videollamadas. Y siempre por la duración de las mismas y por no planificarlas. No es raro que las reuniones acaben derivando en temas personales que al final, restan tiempo a lo fundamental y olvidamos que trabajamos desde casa y en estos momentos no es tan fácil liberar el estrés.

Imagen de Jan Vašek en Pixabay

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