A pesar de lo volátil que es el dinero, muchos siguen creyendo que amasar una gran cantidad de recursos y de liquidez nos aseguraría una estabilidad financiera futura de carácter inquebrantable, olvidándonos de los casos que han experimentado la más cruda de las bancarrotas.
Un ejemplo que ha levantado un revuelo mediático importante (caso del futbolista británico Paul Gascoigne), es el caso de los futbolistas de elite, que tras cosechar una importante fortuna en su vida activa, acaban 'quemándola' con un nivel de vida desmesurado, malas inversiones, en definitiva, con malas decisiones, que rompen el delicado equilibrio entre sus ingresos y sus gastos.
Para evitar este tipo de desgracias, resulta fundamental la confección de un plan financiero, que en el que nuestros gastos e ingresos permanezcan siempre acompasados, conteniendo nuestro hambre de gasto e inversiones.
Llevando este ejemplo al mundo de la empresa, todos conocemos casos con una muy buena posición patrimonial y de liquidez, y que con una cadena de malas decisiones, han dilapidado su posición privilegiada. Debiendo tener cuidado con este tipo de prácticas, y también, sintiendo que somos responsables de un legado empresarial que debemos cuidar y alimentar, especialmente si se trata de un negocio con muchos años de vida.
En Pymes y Autónomos | Recibir una herencia no siempre supone una mejora económica Imagen | N04