Adicción al trabajo, la necesidad de saber desconectar

Adicción al trabajo, la necesidad de saber desconectar
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Esta semana he sido especialmente duro en mis aportaciones a través de esta tribuna y los artículos que en este sitio público, hoy mientras tecleo este articulo es pasada medianoche de sábado a domingo y creo que es momento de destensar un poco toda la tensión que he ido generando durante la semana pero sin que ello signifique hablar de un tema banal o superfluo, al contrario, probablemente este articulo no generara tanta controversia como otros pero es de capital importancia bien sea para el profesional autónomo o para el empresario.

Y es que me quiero referir al problema que sufren muchas personas que emprenden por su cuenta o que son empresarios con la adicción al trabajo y el no saber desconectar del mismo, con las nefastas consecuencias que ello suponen ya no solo para el individuo sino incluso paradójicamente para los propios resultados que a priori con tanto esfuerzo creíamos que lograríamos conseguir.

Escribo artículos aquí y en otros lugares, escribo obras propias y preparo multitud de temas cada día, la mayoría de veces pueden formar parte de aquellos temas que diríamos forman parte de mi actividad profesional, de la obligación como articulista o como asesor, pero en este caso sinceramente no se discernir si realmente escribo como eso o casi como propia terapia para mi mismo además de para reflexionar y debatir con todos aquellos que les afecte o les pueda afectar este tema.

Y es que somos muchos (y nótese que hablo intencionadamente en primera persona incluyéndome) los que creyéndonos “excelentes profesionales” o prototipos de “triunfadores” y en busca del “éxito” que nos desvivimos horas y horas al día trabajando, en el despacho, sin regresar a casa hasta altas horas y cuando regresamos entonces estamos sin saber parar hasta bien entrada la madrugada (en el despacho de nuestra casa con nuestros portátiles y nuestras BlackBerry’s) si es que hay suerte y caemos rendidos. Somos muchos los que los días festivos o si algún día nos dicen nuestras familias o nos sale algún compromiso personal que nos hace distraernos unas horas de nuestros quehaceres profesionales que lo vivimos con una intensa ansiedad y sentido de culpabilidad, ¿y somos conscientes de donde nos lleva eso? y lo más importante probablemente, ¿haciendo eso conseguimos realmente los resultados que creemos que haciéndolo conseguiremos logar?

Lógicamente la respuesta a la primera pregunta es clarísima, nuestra educación de auténticos tiburones y depredadores profesionales nos conduce al aislamiento social y familiar y a las dificultades en muchos ámbitos, además de a las consecuencias de salud que de ello se pueda derivar. Pero lo más curioso es que pretendemos no parar nunca para ganar más, para tener más, para hacer más trabajo y paradójicamente muchas veces sucede todo lo contrario, ganamos cuando paramos, producimos cuando descansamos, ello nos tendría que inducir a llevar a pensar aquello tan sano y repetido de que no debemos medir la productividad por horas sino por resultados y también tendría que inducirnos a plantearnos como profesionales o empresarios dentro de una realidad personal superior.

Afortunadamente esto que digo cada vez es una realidad menos común, cada vez hay menos drogadictos del trabajo y los que aun lo somos, los que aun nuestra empresa y nuestra carrera profesional lo es todo para nosotros, estamos a tiempo de crear una realidad mejor, una realidad superior, sin renunciar a nada, aspirando a todo, mejorando día a día, compitiendo, ganando, superándonos, pero también delegando, descansando, conciliando, ¿sabemos lo que es eso?, ¿lo hacemos?

En Pymes y autónomos | La utopía de la conciliación laboral en los autónomos
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