Cuando la publicidad nos la hacen gratis sólo cabe dar las gracias

Cuando la publicidad nos la hacen gratis sólo cabe dar las gracias
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Apple pierde prototipos de móviles misteriosamente y los medios y la opinión pública se lanzan a publicarlo como el error y el drama del siglo. Ryanair lanza de vez en cuando anuncios de medidas provocadoras que luego no implanta (o si), pero que ya han despertado la controversia de la sociedad. Y tantos, y tantos ejemplos más que nos demuestran que la sociedad misma es la que, en muchos casos, ofrece publicidad gratis pensándose todo lo contrario, pensándose que esas empresas resultan perjudicadas por eso.

Yo sinceramente, si fuese el propietario o incluso si fuese el director de marketing empresas como Apple, Ryanair o cualquiera de estas que utiliza estas estrategias me estaría retorciendo de risa en mi cómoda butaca, viendo como una aborregada e inocente sociedad cae en la trampa y como me ahorra miles y miles de millones en publicidad.

¡Que fácil es engañar a la gente! Eso es lo que deben pensar los responsables de estas empresas, que se frotan las manos, viendo como en lugar de tener que invertir ingentes cantidades de dinero en publicidad, sólo hace falta dejar un simple aparatito en la mesa de un bar (caso Apple), o lanzar una idea extremadamente provocativa (en el caso de la compañía aérea) para que al momento se empiece a hablar, generar debates, foros y mil especulaciones sobre nosotros.

Es más, si queremos añadir un poco más de sal y de picante al tema, sólo hace falta empezar a correr la voz de que el empleado de turno que se dejó el terminal volvía de una juerga de escándalo y borracho como una cuba, y que en pleno desenfreno se dejó olvidado el terminal, para que entonces la noticia alcance ya no interés, sino que alcance categoría de noticia bomba.

No se, es conocido por todos, que siempre he sido favorable a aquello de que “hablen bien o mal de mí, pero que hablen”, además ahora tendría que añadir que prefiero que se piensen que soy un burro, tonto y pendenciero que se deja los aparatos en cualquier lugar (o que soy un desalmado que quiere hacer volar a los pasajeros atados a una cuerda en el ala), pero que sigan comprando mis productos, que me permitan con sólo unos pocos cientos de euros del coste de un prototipo, o con una frase gratuita, me den a ganar y me ahorren miles de millones. Yo daría las gracias.

En Pymes y autónomos | Creando la necesidad al estilo Apple
Imagen | Yutaka Tsutano

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