Así, con este título un poco extraño quiero empezar este artículo, y quiero empezarlo con un título extraño porque quiero que represente que sólo creyéndonos lo que vendemos lograremos vender lo que queramos.
Dicho de otra forma, para vender hielo a los esquimales, hace falta suerte y persistencia, pero para venderles mucho hielo a los esquimales hace falta convicción. ¿Y eso significa que hemos de estar completamente identificados con todo aquello que vendemos? No, eso significa que como mínimo debemos interiorizar que nos creemos lo que vendemos.
Es decir, a aquella persona que hace de su actividad comercial su principal actividad profesional se le debe y se debe exigir que crea, que ame, que sienta lo que vende, y si eso no sucede, que como mínimo y como un buen actor, sepa ponerse en el papel pleno y convincente del que cree ciegamente lo que está vendiendo.
Obviamente el marco ideal es aquel en el que se cree realmente en lo que se hace, eso que es muy común en el que se auto emplea o en el empresario, no siempre es ni tiene que ser así con el que trabaja para otro. Ahora bien, unos y otros en caso de no creérselo realmente, tienen que tener la habilidad suficiente para hacer un papel convincente, de lo contrario la impostura saldrá a la luz y las ventas no llegarán.
En Pymes y autónomos | ¿Truco o trato comercial? Imagen | Keneth Cruz