En algunos casos según que productos vendamos o servicios prestemos nuestro objetivo no será captar un cliente y que este repita en la adquisición o contratación de nuestros productos o servicios, pues en algunos casos la propia naturaleza de los mismos hará que nuestras ventas no sean repetitivas, pues el cliente no volverá a precisar de algo similar en mucho tiempo o nunca más, pero en otros muchos casos no es así, y cabe establecer una política para ello.
Una cosa es captar a un cliente con el objetivo de que nos compre, que podríamos decir que ese sería en general el objetivo más fácil, y otra muy distinta es que una vez nos ha comprado por primera vez se quede y repita con nosotros, esa es una tarea más ardua, pero a la vez, por lo general la más importante.
Volviendo al caso de los clientes no repetitivos, decir que incluso en estos hemos de reparar especial atención, pues si bien ellos igual no es habitual que vuelvan a contar con nuestros productos o servicios sí que pueden ser unos grandes prescriptotes de los mismos, o incluso ellos mismos comprarnos o contratarnos productos o servicios complementarios o aledaños al que nos han adquirido si es que ofrecemos una variedad de ellos.
Pero centrándonos en el caso de que ofrezcamos al mercado productos o servicios que induzcan, que por su naturaleza se presten a la compra, a la contratación repetitiva, o como mínimo relativamente periódica, es muy importante que establezcamos una estrategia para retener y fidelizar el máximo de clientes posible, y es que ya se sabe que es mejor invertir un céntimo en mantener un cliente, que hacerlo en encontrar uno de nuevo (si bien, ambas cosas son cruciales).
En Pymes y autónomos | Rotación de clientes, ni clínex, ni dioses Imagen | chvad