Trabajar todos los días del año. No tener descanso, ni derecho a conciliación o poder desconectar de cuestiones laborales. Este es el día a día de dos de cada diez autónomos que trabajan de lunes a domingo según un estudio de UPTA que reclama una racionalización de horarios para el colectivo de trabajadores por cuenta propia.
Estamos hablando de autónomos que están especialmente en el sector servicios los que trabajan todos los días del año. Un ejemplo que podemos ver estos días lo tenemos en el sector del reparto de paquetes, donde hasta hace poco era normal tener descanso los fines de semana, pero ahora ya es normal recibir nuestras compras por Internet también sábados y domingos.
Pero también en el sector del comercio donde dependiendo de la Comunidad Autónoma o la zona, es posible que puedan abrir todos los días del año. Y claro aquí se complica la cosa, porque cerrar en muchos casos no significa descansar, sino perder ventas. Y no todo el mundo se puede permitir perder dichos ingresos y en muchos casos clientes.
Por otro lado están los autónomos que utilizan los fines de semana o los festivos para la gestión del negocio, lo que comúnmente llamamos el papeleo. Son profesionales que en el día a día dedican todo su tiempo a tareas que son productivas, facturables, que les hacen ganar dinero. Y en muchos casos los fines de semana se los dedican a temas de facturación, presentación de impuestos, Seguridad Social etc. A cumplir con sus obligaciones como empresas.
Si además utilizamos las redes sociales para ganar visibilidad o potenciar nuestra marca personal, no es raro que los fines de semana y festivos, también haya una revisión, se contesten comentarios o se preparen contenidos para luego publicar el resto de la semana. Y esto también es trabajo. Me parece por lo tanto que la estadística se queda muy corta.
También es interesante ver cómo la mayoría de los autónomos trabajan más de 10 horas al día, lo que hace que su jornada se prolongue mucho más de lo que les gustaría. Son muy pocos los que pueden permitirse una reducción de jornada para cuidar hijos o familiares, un aspecto que cada vez será más importante con una población más envejecida.
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