Cuando el salario emocional sólo existe de cara a la galería

Cuando el salario emocional sólo existe de cara a la galería
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Dicen que el buen líder ha de predicar con el ejemplo. Si está en manos de éste, que el salario emocional sea real y no simple postureo, debería ponerse las pilas. No hay nada peor que ofrecer una imagen que no se corresponde a la realidad.

De nada sirve que nos vendan que los empleados de una empresa son felices y comen perdices a final de mes, si la verdad dista mucho de esa idealización. Sonrisas en las fotos que se comparten en redes sociales. Actividades lúdicas que llenan el blog corporativo, que después no se ven traducidos en un compañerismo real.

Desde que las redes sociales irrumpieron en la vida laboral, hay un perfil de empresa que apostó por ofrecer a sus clientes y seguidores imágenes idílicas de un lugar de trabajo donde acuden con una sonrisa todos los trabajadores.

No tendría nada de malo, si la realidad nada tiene que ver con esas fotos que parecen sacadas de un banco de imágenes. Lo peor de una mentira es que las mismas herramientas que nos sirven para vender una imagen positiva, pueden servir para que empleados, 'quemados' o decepcionados, expresen su malestar.

Seamos realistas, en esta vida hay personas ambiciosas pero en el mal sentido, que no dudan en pasar por encima de sus compañeros, robando incluso ideas y méritos ajenos, con tal de ascender.

Esas personas se prestarán a las fotos de turno donde la empresa quiera proyectar que existe una cohesión fuerte en el grupo. Aunque antes, de poblar las redes sociales con una imagen irreal, el buen líder debería conocer qué problemas existen tras la cámara.

Charlar con los empleados, sobre todo con los que vemos que se esfuerzan a diario, se implican en cada proyecto, sería no sólo positivo sino justo. Al igual que un estudiante brillante baja sus notas si está siendo acosado. Un buen trabajador bajará su ritmo si ya no confía en sus compañeros.

Las reuniones, ya hemos comentado alguna vez, son un mal de las organizaciones en este país, sobre todo por su pésima planificación. No obstante, convocar a tus trabajadores para tratar sobre problemas que hayan surgido personales o no, será una reunión fructífera.

¿De qué sirve una imagen donde las sonrisas brillan y se sienta cátedra con lemas que vienen a decir: somos el mejor equipo? De nada, si la competitividad poco sana, no valorar el trabajo del que tira del carro y motiva al resto, no son recompensados. De nada. Menos poses, y más hablar con el equipo.

Imagen|Pixabay

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