Cómo motivar a los empleados para mejorar resultados a corto plazo
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Cómo motivar a los empleados para mejorar resultados a corto plazo

Todas las empresas buscan mejorar su productividad de sus trabajadores. Para ello es fundamental la motivación de cada uno de ellos, algo que es fácil decir y complicado de lograr. Pero no imposible. Por eso vamos a ver cómo motivar a los empleados para mejorar resultados a corto plazo. Se trata de reavivar su pasión por el trabajo bien hecho, que muchas veces se pierde a medida que se van cumpliendo años en la empresa.

Y no necesariamente tiene que ver con la política de incentivos por objetivos. Porque estos ya están asumidos en muchos casos como parte de la retribución. Los empleados lo saben y juegan con ello. Cuando se sabe que un mes no se cumplen objetivos o que ya se ha llegado al tope, pero no se va a lograr el siguiente escalón. Este tipo de alicientes funcionan más a largo plazo, pero no a corto.

Los pequeños objetivos

Hay algo que deberíamos aprender a la hora de motivar de los videojuegos. Para que funcione y no se pierda el interés es necesario ofrecer recompensas a los participantes que puedan conseguir y que no tengan que pasarse horas jugando. Estos pequeños logros son los que hacen que se mantenga el interés a lo largo del tiempo.

Por eso es necesario establecer pequeños objetivos semanales, que los empleados puedan lograr y que sumen para su política de incentivos global. Y esto se puede realizar en casi cualquier puesto de trabajo. Ese objetivo semanal ayuda a mejorar de forma notable la productividad.

Si no funciona, vete a casa

La productividad muchas veces tiene que ver con la capacidad de concentración. Si tenemos alguna preocupación familiar, personal o simplemente estamos medio enfermos hay que saber cortar e irse a casa. Y que no pase nada. No se trata de escaquearse del trabajo, sino de estar en el trabajo y dedicar las horas a sacar adelante las tareas asignadas.

Pasar de la cultura del presentismo a la de la productividad implica tomar medidas drásticas. ¡Si no rindes, a casa a descansar!

Incluso si se puede trabajar desde casa estas horas serán mucho más productivas. Siempre es más fácil concentrase en casa sabiendo que el hijo que tiene enfermo está ya en la habitación de al lado descansando, que preocupado en la oficina por no saber quién puede pasar a recogerlo en el cole.

Esto supone para muchos empleados una deuda "moral" con la empresa. Esa tarde que se han ido a casa porque su hijo estaba enfermo, porque tenían que arreglar algo o realizar alguna gestión, supondrá que los días siguientes se va poner mucha más atención y empeño en hacer bien el trabajo.

La responsabilidad es tuya, tu decides

Otra de las cuestiones que ayuda a mejorar la productividad es entregar el control del proyecto al trabajador. Y esto implica en muchos casos poder de decisión. Hemos sido nosotros los que hemos diseñado y decidido como tenían que hacerse las cosas. Por lo tanto se pone mucho más empeño en que todo salga bien.

Esto no implica que el jefe se aparte y nos deje un marrón. Todo lo contrario. Se trata de hacerse un lado, de que se tutorice la tarea, se aconseje, pero también se acepte que sus sugerencias no tienen por qué ser necesariamente mejores que las planteadas por el propio empleado.

Y aquí hay que tener cuidado cuando las cosas no salen bien para no arruinar la confianza de los empleados. Aquí el jefe tiene que ser más como un buen entrenador de fútbol. Cuando se gana el mérito es de los jugadores, cuando se pierde la responsabilidad del entrenador, en este caso del jefe. Tutelar la ejecución de las tareas tiene asociado este compromiso. Su labor será hacer que todo el mundo aprenda de estos errores, que no se vuelvan a repetir, pero nunca señalar la responsabilidad en un miembro del equipo que ha fallado.

Los beneficios de la empresa son tus beneficios

Por último esta mejora de la productividad tiene que concluir con una mejora de la facturación y los beneficios. Y es necesario socializar estos beneficios. Se trata de que ambas partes salgan ganando. El trabajador tiene que notar mejoras, quizás algo más de salario, mejores condiciones, etc.

Si la empresa va bien lo tienen que notar todos los empleados en función de su compromiso e implicación.

O pequeños detalles que se tienen que dar en las empresas, que ayuden a generar mejor ambiente de trabajo. Pero esto no basta. Recuerdo una empresa en la que realicé una entrevista hace unos años en la que los viernes, antes de salir a mediodía el responsable reunía a todo el mundo y hacía un pequeño repaso de la semana y anticipaba la siguiente. Algo anodino y habitual, poco motivador se podría pensar.

La parte divertida es que en esa reunión todos comían juntos pizza mientras se realizaba el análisis, que pagaba la empresa y luego se marchaban a casa tras una breve charla motivadora. Se iban a su casa a descansar pero el lunes todos tenían muy claro que debían hacer para mejorar su trabajo a lo largo de la semana, cuál era su objetivo y con las pilas cargadas para lograrlo.

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Imagen | rawpixel

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