Lecciones empresariales extraídas del surf

Lecciones empresariales extraídas del surf
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Tras probar deportes como el Kayak, la escalada o el montañismo, mi última experiencia ha sido con el surf, del que creo que hay una serie de lecciones que pueden ser aplicadas a nuestra labor profesional de forma bastante directa.

Estás flotando en el agua y las olas no paran de llegar. En ocasiones te voltean, te hunden o te cierran los ojos… pero tú quieres coger una ola convirtiendo al violento elemento, en un aliado que te ayude a avanzar a toda velocidad. ¿Cómo puedes conseguirlo?

Fórmate

Antes de entrar en el mar necesitas saber algunas nociones básicas. No deberías lanzarte al agua sin más o aprenderás a base de mucho más tiempo y algunos golpes innecesarios. ¿No pretenderás lograr el éxito sin saber lo que haces…? ¿verdad? No me mal interpretes, algunos lo logran, pero aprender algunas lecciones básicas aumentará tus probabilidades y más cuando el mar está bravo.

Las rachas vienen y van, pero si viene una, lo mejor es que te pille bien preparado.

En el mundo empresarial esto es igualmente importante, pues una buena formación hará que estemos preparados ante ciertas circunstancias comunes a todo negocio. Ahora bien, esta formación solo es el comienzo y la mayor escuela será el mar, el mundo real. No triunfarás por saberte la teoría, olvídalo. Necesitas muchas horas de práctica ante de lograr pequeños avances.

Tiempos y oportunidad

Buscar una ola y subirte. Algo aparentemente sencillo ¿verdad? Pero requiere de algunas fases muy importantes, empezando por llegar a la ola y esperar la adecuada. Para ello deberás avanzar con la tabla de frente al mar, enfrentando a las olas y no huyendo de ellas. ¿Les suena?

Hay que tener determinación y algo de valor para superar ola tras ola, tragando algo de agua sobretodo si eres novato. Cuando llegues a la zona “buena”, puede que ya estés cansado, según el mar y los problemas que puedas tener… y eso que aún no has cogido ninguna ola.

Cuando un negocio madura, debe prepararse para sus mayores retos.

Sitúate en el lugar adecuado y aprovecha el momento preciso, ya que ni todas las olas son iguales ni todas te darán el impulso necesario para ponerte en pie. ¿Cuál es el lugar adecuado? Tardarás en descubrirlo y será del que mejor sepa leer los movimientos del mar. Y si, también estoy hablando de los negocios.

Una ola, una oportunidad

Ante una ola puedes hacer varias cosas, pero principalmente se resume en que puedes saltarla o enfrentarte a ella y tratar de navegarla. Si intentas lo primero, es posible que la lucha por seguir flotando gaste tus energías, además de que quizás no sepas afrontar las olas más altas y te de unas cuantas vueltas.

Y es que igual que puedes no estar preparado para cogerla puedes no estar preparado para saltarla. Entonces, desde mi punto de visa, lo mejor es intentarlo pues si vas a terminar sumergido, que no sea por quedarte quieto viéndola venir. Los problemas hay que enfrentarlos de cara y con decisión.

¿Cuántos empresarios ven los problemas venir y quedan paralizados? Más de los que nos gustaría admitir ¿Y cuántos problemas no son tal cosa y son oportunidades? depende de quién lo mire: algunos… pero más de las que solemos ver.

Eso sí, lo malo de las oportunidades, es que cuando apuestas por una, puede que te pierdas otra que era mucho mejor, pero es ley de vida. También puede que sean más de uno los que cojan la ola y puedan chocar. Si caes solo te queda seguir nadando y aprendiendo.

Ponte en pie

Mientras unos saltan la ola y otros son tragados por ella, puede que toda tu preparación y experiencia se alineen para lograr ponerte en pie. No es fácil, pero entonces puedes darte cuenta de por qué estabas en el mar.

No era por recibir las bofetadas del mar, ni para que te piquen las medusas o que te den calambres… era por ese instante en el que todo va bien y puedes disfrutar del avance… en el que el caos pasa a ser orden. Eso sí, la ola se termina y después solo nos queda recoger lo aprendido y seguir luchando.

Esta es la mayor lección que creo que podemos extraer del surfista (una figura aparentemente alejada del empresario), pues cae mil veces y aprende de cada una, volviendo a luchar contra las olas sin cesar, sabiendo que la victoria es un momento de pasajera felicidad, pero que la lucha nunca termina y vale la pena.

Igualmente podríamos decir que los surfistas tienen mucho que aprender de algunos empresarios, pues sin duda nos jugamos muchas cosas de vital importancia todos los días y aquí seguimos, mejor o peor, pero seguimos flotando y buscando la ola perfecta para aliarnos con ella.

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Imagen | Mikebaird

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