Humildad, cercanía y alergia a la soberbia, así se forja un líder en la empresa

Humildad, cercanía y alergia a la soberbia, así se forja un líder en la empresa
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Lo vemos a diario. Los políticos viven en una burbuja. En su universo particular no existe espacio para la humildad, la cercanía, y sí para la soberbia. Pedir perdón o aceptar una crítica no entra en sus manuales. Si la política es un reflejo de la sociedad, flaco favor nos estamos haciendo en la empresa.

Si escribimos el término liderazgo en Google nos aparecen cursos y escuelas para aprender a potenciar un rasgo que debería ser innato en quien está al frente de un negocio, la empatía.

En un contexto inestable, contar con un líder en la empresa no es sencillo

Nada como una pandemia como la del COVID para que muchos líderes de manual hayan bajado de su nube particular. Cuando las cosas van bien, es fácil tomar decisiones y que el esfuerzo de todos se reduzca al carisma de un líder poco empático con sus trabajadores.

Según Max Weber, un líder es la persona encargada de guiar a otras por el camino correcto para alcanzar objetivos específicos o metas que comparten, es la persona que guía al grupo y es reconocida como orientadora.

Sin embargo, cuando en 2020 el mundo se paralizó y había que demostrar de qué pasta estábamos hechos, a muchos líderes de cartón se les vio sus debilidades. El término héroe nunca fue tan democrático.

El liderazgo estaba bien distribuido entre el repartidor, el carnicero, el dueño de una farmacia, el camarero, y evidentemente entre todo el personal sanitario.

Nunca como en ese momento de la Historia liderar fue tan cercano y con un objetivo claro, procurar que una plantilla estuviera motivada y sintiera seguridad en circunstancias adversas y de incertidumbre plena.

Algunos jefes buenos, el título que muchos descubrieron entre sus gerentes

No todo son críticas. Al igual que hay personas que trabajan porque creen eso tan añejo de que "van a heredar la empresa", contamos con jefes que sienten pasión por su negocio. Que ven a sus trabajadores como compañeros de viaje y estos últimos años han sido duros para ellos.

Más allá de las listas que todos conocemos: líder tirano, autoritario, participativo..., existe un término que normalmente no aparece en esos listados donde definen los tipos de liderazgo, se trata del líder que es buena persona.

Una buena persona al frente de una empresa (grande o pequeña) lo pasa mal cuando debe tomar una decisión que sabe que afectará de manera negativa entre el personal. Es aquel que arriesga su patrimonio para mantener puestos de trabajo y sueldos.

Durante estos últimos años, los líderes han dejado de dar charlas en eventos frívolos donde se acuñan frases que poco o nada tienen que ver con nuestro día a día. Hacer frente a responsabilidades de lunes a domingo no es fácil, por eso no todo el mundo está preparado para ser un buen jefe, un buen líder.

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